El 5 de junio una foto recorrió al mundo. Un manifestante le plantó cara a un tanque del ejército que junto a otros efectivos militares había desalojado el día anterior la Plaza Tiananmen de los miles de manifestantes que la tomaban.
En la tarde del 4 de junio de 1989 ya la plaza había sido barrida de todos los manifestantes que veían como la fuerte represión eliminó sus esperanzas de democracia. Este mismo día murieron miles de personas por las balas y bajo los tanques del Ejército Popular de Liberación (EPL).
La matanza fue el punto culminante de las protestas contra el gobierno chino liderado por Deng Xiaoping que fueron denominadas como “La primavera de Pekín”.
Las manifestaciones pacíficas comenzaron a mediados de abril de 1989 convocando a estudiantes, obreros e intelectuales y se extendieron desde la capital china hacia otras ciudades del país asiático.
Los manifestantes, que portaban carteles como “Dame democracia” o “Dame la muerte", se agruparon bajo el Movimiento Prodemocrático de 1989 y pudieron tomar la Plaza Tianamen, a pesar del cerco policial.
Los primeros hechos ocurrieron cuando miles de personas salieron a las calles de Pekín para conmemorar la muerte en abril de 1989 a causa de un infarto de Hu Yaobang, exsecretario general del Partido Comunista de China (PCCh), quien mostró supuestas inclinaciones reformistas que no fueron toleradas por el gobierno.
Hu había sido un fuerte crítico de las reformas económicas implantadas por el entonces máximo dirigente chino, Deng Xiaoping, y fue separado del poder acusado de liberal y de apoyar la implementación de ideas burguesas.
El homenaje a su memoria en las calles chinas fue el detonante de las protestas que le exigieron democracia al gobierno chino y el cese de la corrupción.
Más de un millón de personas se habían dado cita con banderas y pancartas en la Plaza de Tiananmen en una movilización pacífica reprimida brutalmente por el ejército y los cuerpos de seguridad del gobierno chino.
Pese a la represión, las protestas pasaron la historia como las mayores manifestaciones en la China comunista y se enmarcaron dentro del movimiento que tomó Europa del Este para pedir libertad y reformas económicas a los regímenes comunistas, que cayeron por la presión popular y su larga historia de corrupción.
El gobierno chino negó los asesinatos en Tiananmen pero las imágenes que le dieron la vuelta al mundo decían otra cosa.
La foto más famosa de las protestas fue precisamente la tomada por el fotógrafo de la agencia estadounidense Magnum Stuart Franklin. En la imagen se ve al mencionado hombre frente a un tanque que hace el intento de evadirlo pero él, inmóvil, le detiene el paso.
La instantánea fue un símbolo mayor de las protestas y es conocida como el “Hombre del tanque”.
No se supo mucho más sobre el destino de ese ciudadano que en su acto resumió toda la valentía del pueblo asiático que agotado por la falta de libertades decidió poner en juego la vida para reclamar ese ejercicio de democracia y libertad de expresión que todavía, a 31 años de aquellos hechos, sigue siendo un histórico anhelo entre el pueblo chino.