Empresarios nicaragüenses temen que régimen de Ortega atente contra ellos

Los empresarios sostienen que el Gobierno sandinista y sus estructuras partidarias han iniciado una campaña mediática y acciones públicas caracterizadas por amenazas graves que promueven la cultura de la intolerancia
Nicaragua aún no se repone del levantamiento civil de abril de 2018
 

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El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), principal cúpula patronal de Nicaragua, expuso este jueves su temor de que simpatizantes del Gobierno de Daniel Ortega atenten contra la integridad física de sus dirigentes en medio de la crisis social, política y económica que vive el país desde abril de 2018.

"Denunciamos y hacemos responsable al Gobierno y sus estructuras partidarias de cualquier daño físico a la integridad de nuestros dirigentes y colaboradores empresariales, de cualquier daño o atentado en contra de nuestras entidades gremiales y sus bienes, así como cualquier daño a la propiedad privada en general", señaló el Cosep en una declaración.

A juicio de la patronal, el Gobierno sandinista y sus estructuras partidarias han iniciado una campaña mediática y acciones públicas caracterizadas por amenazas graves que promueven la cultura de la intolerancia, el odio y la muerte.

La campaña y amenazas, continuó el Cosep, "han tomado un giro grave" desde el 7 de septiembre pasado cuando líderes gremiales empresariales, entre ellos su presidente, José Adán Aguerri, fueron objeto de un atentado criminal ejecutado por estructuras partidarias del Gobierno en la ciudad de León (noroeste).

La situación, lejos de disiparse, se ha agravado desde el viernes pasado cuando el presidente Ortega, en un acto de Estado, criticó al sector privado nicaragüense, observó.

También esta semana cuando dirigentes y miembros de la estructura del partido sandinista "comienzan a hacer directas y graves amenazas en contra de organizaciones y líderes gremiales del sector privado", agregó.

 

 

Hace dos días el Cosep lamentó que el presidente Ortega enviara mensajes de "odio y de rencor" al sector privado, creando zozobra e incertidumbre.

El viernes pasado, Ortega cuestionó a las empresas porque, según dijo, piden exoneraciones y no pagar impuestos para "tener siempre grandes utilidades".

"¿Qué están quebrando algunas (empresas)?, ¡qué quiebren!", exclamó el mandatario, que denunció que las compañías quieren "ganar más de los que ganaban antes de que quisieron destruir la economía", en alusión a las manifestaciones contra su Gobierno que estallaron el 18 de abril de 2018 por unas impopulares reformas a la seguridad social.

Asimismo, Ortega acusó a una parte de empresariado, a los que no identificó y tampoco presentó pruebas, de ser parte de la "conspiración" que, a su juicio, intentó derrocarlo con el estallido social de hace casi 19 meses.

El Cosep y la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham), principales patronales del país, forman parte de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que era la contraparte del Gobierno en una mesa de negociaciones que el mandatario dio por concluida unilateralmente el 30 de julio pasado.

Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 651 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado.

 

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