Joe Biden dice que si es elegido presidente cerraría el país para acabar con el coronavirus

Joe Biden le dijo, este viernes, al programa " World News Tonight” de la cadena ABC News, que cerraría el país nuevamente para detener al coronavirus.
Joe Biden
 

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En su primera entrevista televisiva en compañía de Kamala Harris, el candidato demócrata a la presidencia Joe Biden, le dijo este viernes al programa " World News Tonight” de la cadena ABC News que cerraría el país nuevamente para detener al coronavirus.

 “Lo cerraría. Escucharía a los científicos”, dijo Biden.

En esta entrevista Biden volvió a demostrar que no entiende lo que ha significado cerrar la economía como consecuencia de las directrices y los protocolos médicos que han sido recomendados por los expertos. Y calificó de “falla total” la manera en que la administración de Trump ha lidiado con la pandemia.

Es curioso que diga que escucharía a los científicos, porque justamente lo que ha hecho el gobierno es escuchar a los científicos, que, por cierto, llevan meses sin ponerse de acuerdo, dando directrices equivocadas, una y otra vez, desde que se inició la pandemia.

Aquí le recordamos a Biden algunas de las más graves directrices de los científicos, que han sido un desastre, y que han contribuido a la expansión de la pandemia en todo el mundo:

  1. El virus no se trasmite de persona a persona. Después se retractaron.
  2. Los pacientes con afecciones respiratorias tienen que ser puestos en respiradores como única opción. Después se demostró que los respiradores agravaban a los pacientes y que la tasa de mortalidad de aquellos que eran colocados en ventiladores era desmesuradamente alta.
  3. No se deben tomar antinflamatorios como el Ibuprofeno. Luego, las autopsias hechas por los médicos italianos contradijeron todos los protocolos médicos de la OMS y China. Había formaciones de coágulos sanguíneos en los pulmones, y por lo tanto, no había que poner ventiladores, sino poner a los pacientes bocabajo y darle antiinflamatorios.
  4. Los antiparasitarios no son eficaces contra el COVID-19. Posteriormente en varios países se empezó a usar la Ivermectina con la Dexametasona para pacientes con graves afectaciones respiratorias y neumonías. El antiparasitario para matar el virus y el corticoide para desinflamar.
  5. El virus se trasmite por las partículas que son expulsadas al estornudar, y con una carga viral alta, como para contaminar a una persona a menos de 1,6 metros de distancia, por lo tanto, las personas asintomáticas no trasmiten el virus. Posteriormente, dijeron que las personas asintomáticas también trasmitían el virus.
  6. Los niños son pocos propensos a contaminarse con el virus, porque tiene mejor sistema inmunológico, por lo tanto, no son trasmisores. Ahora resulta que los niños se contagian mucho y lo trasmiten.
  7. Las máscaras no son eficaces para evitar la contaminación, sólo las N95 y las N99 son efectivas. Después propusieron un cambio radical: todos debemos usar máscaras para cortar el contagio, pero las N95 y las N99 sólo deben usarse en los hospitales. A pesar de que el resto de las máscaras a lo máximo que llegan a proteger es a un 68%. 
  8. La luz ultravioleta no es efectiva para matar el virus de las superficies. En la actualidad se usa para desinfectar grandes espacios y espacios cerrados.
  9. El virus no se trasmite por vía aérea. Y en estos momentos comienzan a asegurar todo lo contrario.
  10. No es seguro que los niños vayan a la escuela. Los CDC dicen que es seguro, que es peor el daño sicológico y los trastornos de aprendizaje y de personalidad que causa en los niños el aislamiento. Pero los demócratas, que controlan los sindicatos de maestros, se niegan a que se reabran.
  11. La hidroxicloroquina no sirve contra el coronavirus. Los estudios más serios dicen que sí funciona y médicos en todo el mundo la usan con éxito. Lo sabían los chinos desde febrero, y lo usaron con éxito. Pero desde que el presidente Trump lo recomendó, e incluso lo tomó como profiláctico, Fauci y la prensa hiceron una campaña de propaganda en contra de su uso.
  12. La única manera de controlar el virus es con la cuarentena y el ailsamiento. El modelo santitario sueco demostró que no era verdad, basado en que las cuarentenas, a lo largo de la historia, nunca han funcionado, y  en buscar la inmunidad de rebaño en su población. Aunque sus vecinso nórdicos han tenido menos muertes, los suecos han logrado darle mayor inmunidad colectiva a su país. Esto, a pesar de que los suecos no tenían una estrategia para proteger a sus ancianos, y la mayoría de las muertes ha ocurrido en sus asilos de ancianos,con el 40% y en los barrios de inmigrantes, 3 veces más afectados que los barrios de los suecos nativos, según los investigadores al comportamiento social de los inmigrantes, muy alejado de la disciplina y la conciencia social de los suecos, provocando que tengan una alta tasa de mortalidad. Suecia, a diferencia de sus vecinos nórdicos, tiene una política migratoria muy generosa y ha sufrido las consecuencias.
  13. El virus es altamente mortal. Una mentira burda. Hasta la fecha la mayoría de las personas que se enferman presentan síntomas de leves a moderados y se recuperan con facilidad. De 23,378,000 contagiados, se han recuperado 14,800,000 personas, y sólo han muerto 809,659. Para una tasa de mortalidad de 3.46%. Para comparar, digamos que en el estado de la Florida, tan promocionado por la prensa americana como epicentro de la pandemia en EEUU, la tasa de mortalidad es de apenas 1.74%.

A Biden parece que se le olvida, que se opuso a una de las primeras medidas tomadas por el presidente, que fue la de prohibir los vuelos procedentes de China, país donde se originó el virus y desde donde se diseminó a todo el mundo, acusando a Trump de racista, paranoico y xenofóbico. Biden también se le olvida que el alcalde de Nueva York se negó a prohibir la masiva celebración del año nuevo chino, cuando ya el virus estaba en el país, y que durante las semanas y meses que siguieron, decenas de miles murieron en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, gobernados por demócratas. Estados que aún siguen siendo los del mayor número de muertos, con las tasas de mortalidad más altas. A Joe Biden y a Kamala Harris se les olvida que ellos y su partido promovieron, apoyaron, estimularon, y aún lo hacen, semanas de violentos disturbios callejeros, con miles de personas en las calles sin usar las famosas mascarillas, que él dijo que haría de uso obligatorio por mandato en todo el país.

Biden volvió a repetir la misma tesis que esgrimió en su discurso de aceptación en la Convención Demócrata el pasado jueves, cuando dijo que estaría “preparado para hacer lo que sea necesario para salvar vidas, porque no podemos hacer que el país se mueva, hasta que controlemos el virus". Es decir, hay que mantener el país cerrado, cueste lo que cueste, aunque Biden no explica qué significa controlar el virus. Las palabras de Biden dan a entender que él tiene una fórmula mágica y que sólo la revelará si gana la presidencia.

El exvidepresidente también dijo que “Para mantener el país funcionando y en movimiento y la economía en crecimiento, y las personas empleadas, tienes que arreglar el virus, tienes que lidiar con el virus”. Pero lo que Biden argumenta no sólo es una falacia, es un absurdo total. Se contradice el candidato en apenas dos oraciones, porque ¿cómo puedes mantener la economía funcionando, si la propuesta es cerrarlo?  Pareciera que Biden no se enteró que eso ya se hizo y aún se está haciendo en muchos estados, y ha sido un verdadero fiasco, tanto desde el punto de vista sanitario, como desde el punto de vista económico y social.

Biden dice que el presidente no ha hecho nada para detener el virus, cuando la realidad es que lo ha hecho todo, al menos todo lo que le han recomendado los científicos en los que Biden confía. Por dejar de hacer, hasta compró casi todas las reservas mundiales de Remdesivir , desde que fue aprobado el 1 de julio para casos moderados y graves de enfermos de COVID-19. El Remdesivir, que fue creado para el ébola, en 2013, pero que no dio los frutos deseados, y empezó a ser reconvertido como tratamiento para otros coronavirus.

Es entendible que el candidato Biden acuda a la crisis del coronavirus para tratar de golpear políticamente al presidente, pero el problema que tienen Biden y su campaña, es que no poseen los argumentos correctos, porque pretender culpar al presidente de la crisis no tiene bases ni en los hechos ni en la ciencia. Nada de lo que dice Biden puede demostrarlo.

Biden debería recordar que en marzo vaticinaban que para estas fechas en EEUU habrían muerto 2,2 millones de personas, y que el presidente Trump dijo en ese entonces que los muertos podrían ser de hasta 240 mil personas, gracias a las medidas que fueron tomadas desde temprano. Hasta ahora, la cifra de muertos han estado dentro del rango de lo previsto. En otros escenarios, los científicos de Biden hablaban de 68 millones de muertos en el mundo y más de un millon en Estados Unidos.

Los efectos económicos del cierre del país dejaron sin trabajo a más de 30 millones de personas, solo durante el mes de julio, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Y la economía se llegó a contraer el 32.9% (aún así, mucho menos que la Eurozona, afectada más de un 40%), por lo tanto, la solución del candidato Biden sería de consecuencias apocalípticas. Es por eso que el presidente Trump ha estado presionando para que las escuelas, las iglesias y las empresas reabran, para que la economía vuelva, paso a paso, a la normalidad.

El exvicepresidente obviamente no sólo no sabe de lo que habla, sino que no entiende las causas reales del por qué el coronavirus ha afectado, de la manera en que lo ha hecho, a Estados Unidos, y es que, además del pésimo manejo de los protocolos médicos de la Organización Mundial de la Salud (Trump le retiró por esas causas el financiamiento), y el ocultamiento de información por parte del gobierno chino, Estados Unidos es un país muy abierto, que recibe cientos de millones de visitantes del mundo entero, por lo tanto, al ocultar los chinos la fecha real del virus y negar la propagación persona a persona, miles de personas salieron de China para contaminar a Europa y a Estados Unidos. Todos estos factores, afectan la toma de decisiones a la hora de manejar una crisis sanitaria de tal envergadura.

Kellyanne Conway, asistente de la Casa Blanca, lo explicó de manera inmejorable en "The Daily Briefing", el viernes por la mañana, cuando dijo, refiriéndose a Biden: "Es una muestra confusa de la intersección de la arrogancia y la ignorancia, porque él no sabe lo que hemos hecho con el COVID-19”.

 

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