Estados Unidos superó este sábado los 300.000 casos de coronavirus mientras el presidente Donald Trump advertía que la próxima semana será "la más dura" hasta ahora y volvía, al mismo tiempo, a dar señales de impaciencia respecto a las medidas para mitigar la crisis.
Más de un tercio de los contagios en Estados Unidos de la COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, están concentrados en el estado de Nueva York, cuyo gobernador, Andrew Cuomo, pronosticó este sábado que el pico de contagios tendrá lugar en los próximos siete días.
El mensaje coincidió con el expresado unas horas más tarde por Trump, quien aseguró que habrá "mucha muerte" de forma inminente pero volvió a expresar su voluntad de que el país vuelva "pronto" a la normalidad, algo que contradice las recomendaciones de los expertos en salud pública.
"Esta será probablemente la semana más dura, entre esta semana y la próxima, habrá muchos muertos", dijo Trump en su rueda de prensa diaria.
Más de 300.000 casos
Estados Unidos, el país con más contagios de coronavirus del mundo, alcanzó este sábado los 305.820 casos, el doble que hace cinco días, con al menos 8.291 muertos por la enfermedad, según el recuento extraoficial del Centro de Sistemas, Ciencia e Ingeniería (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (Maryland).
Mientras que España e Italia, que son respectivamente el segundo y tercer país en número de contagios, "están viendo cómo cae el número de casos" en su territorio, Estados Unidos "está unos 12 días por detrás de ellos", explicó la doctora Deborah Birx, que dirige el grupo de trabajo de la Casa Blanca contra el coronavirus.
"Esperamos estar en la misma posición" que España e Italia próximamente, añadió Birx durante la rueda de prensa en la Casa Blanca.
El principal epidemiólogo del Gobierno de EE.UU., Anthony Fauci, coincidió durante el mismo acto en que "esta semana y la próxima, las muertes van a seguir subiendo" en el país.
Sin embargo, Fauci pidió "fijarse en el efecto de (las medidas de) mitigación" que se han implementado en las últimas dos semanas, y afirmó que donde se verán reflejadas será "en el número de nuevos casos".
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Nueva York, "casi inmanejable"
En su propia conferencia de prensa diaria, el gobernador de Nueva York calificó la situación en su estado de "casi inmanejable", al reconocer que, aunque solo han pasado 30 días desde que se detectó el primer caso allí, "parece toda una vida".
"Nos estamos acercando al pico. Dependiendo del modelo que se use estamos a 4, 5, 6, 7 días, aunque algunos lo alargan hasta 14 días, pero nuestra lectura de las proyecciones es que estamos en algún sitio cercano al rango de los siete días", precisó Cuomo.
El gobernador subrayó que Nueva York todavía no está preparado para afrontar ese pico, que supondrá "el mayor reto para el sistema de salud", aunque anunció que recibirá mil respiradores donados por el Gobierno chino y Trump reveló que mil doctores y enfermeras militares llegarán al estado para reforzar su respuesta a la crisis.
En todo el estado de Nueva York hay al menos 113.704 casos de coronavirus, 10.841 más que el viernes, mientras que el número de fallecidos ha alcanzado los 3.565, 630 más que el día anterior, según Cuomo.
Trump vuelve a impacientarse
Apenas seis días después de rendirse en sus amagos de reabrir el país para el domingo de Pascua y aceptar lo que recomendaban los expertos de su Gobierno ―mantener las medidas de distancia social hasta el próximo 30 de abril―, Trump se dejó vencer de nuevo por sus instintos y opinó que EE.UU. debería volver a la normalidad.
"Tenemos que volver al trabajo. Tenemos que abrir nuestro país de nuevo. No queremos hacer esto durante meses y meses y meses. Nuestro país no está hecho para esto", recalcó el mandatario respecto a las medidas para mantener la distancia social.
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Esa afirmación pareció preocupar a Fauci, quien subió en dos ocasiones al podio para subrayar que "las medidas de mitigación funcionan" y que los estadounidenses deben quedarse en casa todo lo posible, porque lo que están haciendo "está marcando una diferencia y hay que seguir con ello", por "difícil que sea".
En un momento, Trump recuperó el podio que acababa de dejar Fauci para matizar: "Sí, la mitigación funciona, pero, ¿saben qué? No vamos a destruir nuestro país (económicamente), tenemos que volver (a la normalidad)".
Trump adoptó esa postura al mismo tiempo que reconocía que las cifras de fallecimientos previstas para los próximos meses en EE.UU., de hasta 240.000 muertos con medidas de contención y 2,2 millones sin ellas, "no se han visto desde quizá la Primera o la Segunda Guerra Mundial".
Pero el mandatario, que se juega la reelección en noviembre próximo, ha dejado claro que su prioridad es la economía, y este sábado dijo que le "gustaría" que los estadios deportivos del país vuelvan a estar llenos de público para agosto, a pesar de que los expertos no descartan que algunas ciudades se encuentren todavía para entonces en su pico de contagios.