Se desalojaron a 345 prisioneros del primer piso de una cárcel que se encuentra cerca del embalse de aguas contaminadas que podría estar por colapsar, confirmaron las autoridades de un condado de Florida este domingo.
Se trata de una prisión central del condado de Manatee, que se encuentra dentro de la zona de evacuación ante la posibilidad de que el reservorio de más de 300 millones de galones se rompa.
Scott Hopes, administrador del condado, anunció que los modelos señalan que la zona podría quedar cubierta por un pie a cinco pies de agua, y el segundo piso de la cárcel se encuentra a 10 pies del suelo.
El Sheriff del condado, Rick Wells, no quiso informar el lugar a donde estaban siendo trasladados los reclusos y piensa que esta decisión representa un riesgo grande para la seguridad.
Ron DeSantis, gobernador de Florida, visitó la zona en donde se encuentra la planta en desuso desde 2001 y sus estanques de retención, uno de los cuales contiene entre 700 y 800 millones de galones de líquido.
“Hoy me he unido a los funcionarios estatales en el condado de Manatee que están respondiendo de forma activa a Piney Point y desplegando todos los recursos necesarios”, publicó el gobernador en Twitter.
DeSantis ordenó el domingo que se habilitaran más equipos para vaciar el tanque con agua y desechos líquidos de la vieja planta de fosfatos antes que colapse y así, evitar “un desastre” en un área cercana a la bahía de Tampa.
Se anunció que 20 bombas más y 10 aspiradoras se sumaron para vaciar el tanque, con el fin de aumentar el ritmo de retirada a 35,000 galones por minuto.
“Estamos tratando de prevenir y, si llega a ser necesario, de responder a una situación realmente catastrófica de inundación”, dijo DeSantis durante una rueda de prensa con autoridades del condado Manatee y del Departamento de Protección Medioambiental de Florida.
Las autoridades habían emitido una orden de evacuación en una zona con más de 300 viviendas y negocios en las cercanías de la planta en Piney Point y cerrando todos los accesos por carretera.