El medio estadounidense de periodismo de investigación ProPublica y el periódico Houston Chronicle revelaron esta semana que Iglesia Católica permitió que más de 50 clérigos basados en Estados Unidos se mudaran al extranjero, poco después de ser acusados por abuso sexual.
Incluso, algunos de ellos siguieron trabajando con menores, reveló un equipo de periodistas de ambos medios.
Según ProPublica y el Houston Chronicle, la Iglesia Católica permitió ―o ayudó― a docenas de sacerdotes a mudarse al extranjero después de haber sido acusados de abuso sexual en territorio de Estados Unidos.
Los dos medios analizaron listas publicadas en 52 diócesis estadounidenses, las cuales abarcan 30 acusaciones que implican a clérigos vivos localizados en estados de la frontera de Estados Unidos con México.
Los reporteros encontraron que 51 clérigos, tras ser acusados, pudieron viajar y trabajar como sacerdotes o "hermanos religiosos" en países tan variados como Irlanda, Nigeria y Filipinas.
Por lo menos, 40 de ellos trabajaron en estados a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. De acuerdo con la investigación periodística, ningún país fue un destino tan común como México, donde encontraron refugio por lo menos 21 clérigos con acusaciones creíbles.
Desde 2018, muchas diócesis y órdenes religiosas de la Iglesia Católica en Estados Unidos han divulgado listas de clérigos sobre los que pesan acusaciones creíbles de abusos sexuales a menores. Sin embargo, la Iglesia Católica enfrentó tardíamente la ola de revelaciones que salió a la luz pública en la prensa, desde hace dos décadas.
A menudo, las listas de la Iglesia no especificaban el estatus ni la ubicación actuales de los clérigos acusados. Incluso, mientras que las diócesis declaraban "con frecuencia" desconocer el paradero de un sacerdote, los reporteros de ProPublica y el Houston Chronicle hallaron a los religiosos en las páginas web de iglesias, publicaciones religiosas y redes sociales.
Muchas veces, las autoridades de la Iglesia tampoco denunciaron los alegatos a la Policía, ni impusieron restricciones permanentes a los supuestos abusadores. Tampoco tomaron en cuenta ni ofrecieron advertencias a otras diócesis sobre los sacerdotes que enfrentaban acusaciones.
Incluso, por lo menos en cuatro casos, las autoridades eclesiásticas facilitaron el traslado de sacerdotes al extranjero.
Según ProPublica y el Houston Chronicle, durante décadas la Iglesia Católica en Estados Unidos ocultó el abuso de parte del clero y transfirió los sacerdotes acusados de abuso de parroquia a parroquia utilizando lenguaje codificado para encubrir los motivos del traslado, tales como causas "familiares y de salud".
Según los expertos consultados por el equipo de reporteros de ambos medios estadounidenses, la demanda de sacerdotes de habla hispana en la segunda mitad del siglo pasado hizo que fuera más fácil que los religiosos acusados de abusos sexuales cruzaran los límites fronterizos.
En México, por ejemplo, ninguna diócesis ha publicado una lista de sacerdotes con acusaciones creíbles, a pesar de que funcionarios de la Iglesia en ese país informaron en enero de 2020, que, durante la última década, 271 sacerdotes habían sido investigados en relación con alegatos de abuso sexual.
En Estados Unidos, varios de los agresores fueron laicizados (privados de su poder para ser sacerdotes). Sin embargo, ProPublica y el Houston Chronicle encontraron que otros dejaron sus diócesis y retomaron el sacerdocio en México.