La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, descartó este 9 de marzo que un cambio de actitud desde Washington hacia Cuba esté actualmente entre las prioridades del presidente Joe Biden.
“Un cambio de postura sobre Cuba no está actualmente entre las prioridades del presidente Biden, pero estamos comprometidos en hacer que los Derechos Humanos sean un pilar básico de la política de Estados Unidos”, afirmó en rueda de prensa.
Las declaraciones de Psaki en rueda de prensa se producen una semana después de que un grupo de ochenta congresistas demócratas enviaran una carta a Biden solicitándole un cambio de las “crueles” políticas y restricciones impuestas por el expresidente Donald Trump.
El texto pedía renovar el diálogo con el gobierno de la isla para “ayudar a las familias cubanas en dificultades y promover un enfoque constructivo al volver rápidamente a la política de compromiso y normalización de las relaciones”.
La misiva llegó después de que Biden ordenara una revisión de las políticas de Trump hacia Cuba. Dicho análisis está encabezado por la Agencia de Seguridad Nacional. Además, durante su campaña, Biden aseguró que levantaría algunas de las restricciones al viaje y los comercios entre ambos países y que renovaría las conversaciones diplomáticas.
La carta fue liderada por Bobby Rush, Gwen Moore y Barbara Lee, partidarios desde hace mucho tiempo del diálogo con Cuba. Los firmantes incluyeron a líderes de los influyentes comités de Asuntos Exteriores, Servicios Financieros y Asignaciones de la Cámara de Representantes.
El gobierno de Trump tomó más de 200 medidas para endurecer las sanciones contra Cuba en los últimos cuatro años, citando preocupaciones sobre la falta de democracia y el apoyo de La Habana al gobierno socialista de Venezuela.
Sin embargo, esto podría toparse con el rechazo de fuertes sectores en el Congreso. Los congresistas demócratas, por su parte, insisten en los términos humanitarios y económicos y señalan que las “órdenes ejecutivas implementadas por la Administración Trump endurecieron las sanciones a niveles no vistos en décadas”.
Nadie sabe a ciencia cierta qué hará Biden, de 78 años y con problemas más graves que resolver en los que probablemente sean sus únicos 4 años de jefatura, con el molesto vecino sureño, gobernado por la familia Castro.
Entrevistado por ADN Cuba, el influyente abogado cubanoamericano Willy Allen aseguró que la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo es un “regalo” para la administración Biden, aunque el objetivo de Trump haya sido otro.
“Es posible que el gobierno de Biden esté dispuesto a sacar a Cuba de la lista —como ya hizo Obama en 2015—, pero en este momento Cuba va a tener que negociar, que ofrecer algo, para demostrar que merece ser sacada de la lista”, aseguró Allen a ADN Cuba.
“La situación dentro de Cuba es crítica, como saben todos, por esta razón, el gobierno cubano está buscando cómo agradar al estadounidense y lo seguirá haciendo”, agregó el especialista. Biden podría utilizar esto a su favor y obligar a dar concesiones que obliguen al régimen a reconocer grupos disidentes y hacer reformas pro-mercado más profundas
“Biden no es Obama”, advierte Allen sobre la posibilidad de que el presidente demócrata caiga en el mismo juego de acercarse cándidamente al gobierno de La Habana. “Biden tiene 47 años de experiencia lidiando con asuntos internacionales y tendrá a dos cabezas muy influyentes cerca que no tienen ninguna simpatía por el régimen cubano y saben cómo llevar estos temas”.