El presidente, Joe Biden, ha instado este miércoles a los republicanos para negociar y así poder avanzar en su plan de infraestructura; dijo estar dispuesto con ellos para financiarlo, pero con condiciones.
“En las próximas semanas la vicepresidenta y yo nos reuniremos con los republicanos y los demócratas para escuchar a todos (...) Estaremos abiertos a las buenas ideas y a las negociaciones de buena fe, pero hay algo a lo que no estaremos abiertos: no hacer nada. La inacción simplemente no es una opción”, anunció Biden desde la Casa Blanca.
El presidente también mencionó las críticas que ha estado teniendo su plan de infraestructura, debido a que muchos lo consideran “demasiado alto” y proponen que debe centrarse solo en las infraestructuras tradicionales.
Biden había anunciado que quería trabajar en nuevas áreas, más allá de las tradicionales, porque piensa que necesitan una amplia inversión federal, sobre todo aquellas zonas afectadas por desastres.
“¿Piensan que China está esperando para invertir en infraestructura digital, investigación y desarrollo? Les prometo que (los chinos) no están esperando y cuentan con que la democracia estadounidense sea muy lenta, demasiado limitada y demasiado dividida”, destacó Biden.
A pesar de que expuso que estaría abierto a nuevas ideas, dejó claro que “no impondré ningún aumento de impuestos a la gente que gana menos de 400,000 dólares al año”.
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El aumento a las grandes corporaciones ha sido criticado por muchos, inclusive por el bando demócrata, por lo que el mandatario mencionó que estaría dispuesto a aceptar una tasa impositiva corporativa más baja, incluso de un 28%, si esto hacía que los indecisos lo apoyaran.
Joe Manchin, demócrata por Virginia Occidental, dijo esta semana que apoyaba un aumento de la tasa corporativa del 21% a un 25%, pero tenía dudas sobre un 28%.
A diferencia del paquete de estímulo, este plan busca financiarse a través de los impuestos de las compañías, por ende, este punto es clave.
El Departamento del Tesoro recomendó un incremento de impuestos para las empresas para recaudar $2.5 billones en los próximos 15 años.
Luego de apoyar el paquete de alivio multimillonario sin el apoyo republicano, Biden buscará recalibrar su estrategia política para conseguir que su plan de infraestructura sea apoyado de forma bipartidista.