Todo sobre el “cuckolding”, el fetiche sexual que da rienda suelta a la infidelidad

El fetiche sexual de la mujer que le cuenta a su pareja sus relaciones extra matrimoniales crece día a día en todo el mundo
Foto: Cien radios
 

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La infidelidad es uno de los motivos más frecuentes por el que las parejas deciden poner fin a su relación. Sin embargo, en la actualidad existe un nuevo fetichismo que busca este tipo de engaño, ya sea real o imaginario, con el objetivo de conseguir placer y aumentar la llama de la pasión en la pareja. Se trata del cuckolding.

Esta peculiar modalidad fetichista consiste en que una mujer tenga relaciones con otro hombre y luego cuente a su pareja lo que ha experimentado en este encuentro o bien, este ejerza de espectador durante la relación sexual. Curiosamente, a partir de esto, la pasión en la relación de pareja renace de nuevo.

En esta práctica, se denomina cuckolds a aquellos hombres que permiten que su pareja o esposa mantenga relaciones sexuales con otros hombres mientras él solo se sienta a observar. En muchas ocasiones, son ellos los que incentivan a sus parejas a realizar este tipo de actos, donde ellas los «engañan» con otro hombre para obtener mayor excitación sexual.

Ahora bien, no hay que confundir el término cuckolding con el de voyerismo. Este último consiste en el acto de observar a otras personas desnudas, en ropa interior o manteniendo relaciones sexuales sin que estas sean conscientes de ello con el objetivo de excitarse. 

Según deja saber el medio INFOBAE cuckolding es el estilo de vida alternativo de más rápido crecimiento y, ya sea que las parejas lo incorporen como un juego de rol de fantasía o como una realidad, atrae a mujeres y hombres en niveles primarios, intelectuales y sociopolíticos. De hecho ha sido llamado fetichismo intelectual.

Una persona que practica cuckolding se excita sexualmente por la fantasía o realidad donde su pareja, a la que considera atractiva, mantiene relaciones sexuales con otra persona, generalmente con alguien parecido a su alter ego.

El medio deja saber que: "de acuerdo al doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, el cuckolding es una variable de las parejas abiertas y consiste en tener relaciones con terceros y contar la experiencia, a veces con detalles. En general las parejas abiertas acuerdan que pueden tener relaciones con otros, pero existen ciertas pautas que se deben cumplir: que las relaciones fuera de la pareja sean puramente sexuales (a diferencia del poliamor), que no se cuenten los pormenores del encuentro y el cuidado con profilácticos"

Una encuesta en EE.UU. ha revelado que el 58% de los hombres y un tercio de las mujeres han fantaseado  alguna vez con ser «cornudos consentidos»

Los expertos en varios medios han opinado respecto al motivo por el que esta práctica sexual puede llegar a gustar a un determinado tipo de personas, en su mayoría hombres:

  • Para algunos se considera como una variante del masoquismo. Sentirse humillado por parte de la pareja es importante para los defensores de esta variante. Pero el hecho de que a los practicantes de esta modalidad no les atraigan otras formas de sadomasoquismo hace que se descarte de algún modo esta opción.
  • Según otras teorías no sería una forma de ser dominado sino más bien de dominar puesto que es el hombre el que decide cuándo y en qué condiciones le engañan.
  • Se puede creer en otros casos que se trata de una forma de escapismo, o lo que es lo mismo, sus defensores lo utilizan inconscientemente para eludir sus propias responsabilidades sexuales en otro hombre.
  • También hay quien opina que el hecho de convertir a la mujer en un objeto hipersexual, tremendamente deseado por otro hombre, mientras que uno piensa que sigue siendo su “propietario”, hace que haya personas que lo sientan como un símbolo de estatus.
  • Enmascarar la bisexualidad es otra de las posibles explicaciones. Hacer creer que es la mujer la que produce la excitación y aprovechar esta mascara para observar a un hombre sin tapujos realizando el acto sexual, podría ser otro de los motivos de su práctica.

Sea la explicación que sea, está claro que quienes lo practican de manera libre y consciente disfrutan plenamente de este fetiche. En la libertad y necesidades de cada ser humano está llevarlo a la práctica o por el contrario, calificarlo como un acto imposible.

 

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