¿Qué sabemos sobre el Dengue? Síntomas, variantes y perspectivas de la enfermedad

El Dengue es una enfermedad producida por uno de los cuatro virus de igual nombre, que adopta diferentes formas clínicas. Su gravedad y evolución dependen de múltiples factores
Mosquito transmisor del virus del Dengue.
 

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El Dengue es una enfermedad producida por alguno de estos cuatro virus: Dengue 1, Dengue 2, Dengue 3 y Dengue 4, que pueden manifestarse como Fiebre Hemorrágica.

La gravedad de este padecimiento es uno de los aspectos menos entendidos y más sujeto a valoraciones inexactas.  Parece contradictorio cuando se habla de Fiebre Hemorrágica y se dice que la posibilidad de morir de Dengue es baja. Para resolver esta aparente discrepancia hay que echar mano de complejos conceptos, hechos y conocimientos de las ciencias médicas que fueron enunciados por y para especialistas, y nunca pensados para comunicarlos al normal ser humano que padece y eventualmente muere de enfermedades.

Tratemos entonces de cerrar un poco esta brecha, entre lo que hablan los científicos y aquello que entendemos los demás.

¿Es el Dengue una enfermedad grave?

La enfermedad adopta diferentes formas clínicas y la comunidad científica propone varias clasificaciones y sistemáticas que no vienen al caso, pero que como pacientes repetimos para nuestra confusión y para la de los demás. Debemos entender que el mismo virus puede producir una diversidad de síntomas en diferentes personas, en disímiles circunstancias, y la gravedad depende de todos estos factores, independientemente del nombre que le hayan puesto al padecimiento.

Es una cuestión de nomenclaturas útiles para el manejo de los casos, pero que, a menudo, tanto médicos como pacientes, terminamos confundiendo etiquetas con diagnósticos.

Dengue se llama el virus.

¿La enfermedad?: caemos en el dilema confuso de las nomenclaturas y clasificaciones, Fiebre quebrantahuesos, Dengue Clásico, Dengue con Signos de Alarma, Dengue grave, Shock por Dengue, Dengue Hemorrágico, etc.

 

 

Entonces, cuando no distinguimos etiquetas de diagnósticos, no entendemos cuando se presenta en la enfermedad en su diversidad, de una manera que no esperábamos. Así el Virus del Dengue puede presentarse desde inadvertido completamente (sin signos), hasta una simple fiebre con o sin dolor articular. También puede presentarse con convulsiones, vómitos y coma, o con dolores musculares sin otra causa, sangramientos inexplicables, hasta signos que sorprenden a los especialistas como parálisis o simulando cálculos biliares.

La gravedad es algo distinto a los nombres. No evalúe la gravedad en base a vocablos que no tenemos por qué entender. Yo dibujaría una línea en un papel enumerada del uno a diez, y pidiera al médico marcar en la línea cuán grave es.

¿Cómo se explica que siendo una Fiebre hemorrágica su mortalidad sea baja?

Cuando usted lee la lista de Fiebres Hemorrágicas tiene razones para preocuparse: Fiebre de Ébola, Fiebre de Lassa, Fiebre Amarilla… Y no es para menos, el simple hecho de estar clasificado dentro el mismo grupo ya es para levantar las cejas.

Cuando el Dengue se presenta como Fiebre Hemorrágica su mortalidad sí es alta y su gravedad está más hacia el extremo del diez en la línea en la que habíamos pedimos al médico marcar. Sin embargo, no siempre es Fiebre hemorrágica y cuando se analiza a niveles poblacionales menos específicos, las posibilidades de fallecer de Dengue, independiente de cómo se presenta, la marca en la línea de gravedad caería en un punto más cercano al cero.

 

 

Las posibilidades de morir de Dengue están relacionadas a la forma clínica y su nombre, pero también a características individuales, enfermedades debilitantes, y hasta la competencia de los sistemas de salud.

El tema hasta ahora no se agota. Hace poco se reportó el primer caso de Dengue por transmisión sexual. El cambio climático y las migraciones llevan la enfermedad a lugares donde se creía erradicada. También existen dudas sobre la seguridad de las vacunas contra el Dengue.

Del mismo modo aún se desarrollan e investigan proyectos de liberación de mosquitos modificados genéticamente para controlar las poblaciones y sus posibles repercusiones en los ecosistemas, y la emergencia de otras enfermedades transmitidas por el mismo mosquito.

Tenemos más que una luneta en primera fila para ver cómo se desarrolla la obra, tenemos los pies en el escenario, en el que quizás un día acabemos con el Dengue. Ya una vez pasó con la olvidada Viruela: alguien soñó su erradicación y hoy es un hecho palpable.

 

 

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