El deseo del peso ideal y la figura esbelta le ha quitado el sueño a más de uno y con el fin de cumplir tal objetivo muchos han probado todo tipo de dietas: cetogénicas (dieta basada en el alto consumo de grasas y muy baja en carbohidratos), vegana (no consumir ningún alimento derivado de animales), hasta ayunos intermitentes que van de las 12hs hasta las 24hs…
Pero hace unos años, se ha conocido y de hecho han salido varios libros (uno de ellos y el más conocido “The Hormone Diet” escrito por la naturópata Natasha Turner) sobre la dieta hormonal y sus altos beneficios no sólo para bajar de peso sino también para mantener al organismo en un perfecto equilibrio.
¿En qué consiste la dieta hormonal?
Este régimen alimenticio sostiene que las personas no logran bajar de peso porque sus hormonas no funcionan bien y recomienda hacer ejercicio físico para reactivar el sistema hormonal junto a una alimentación saludable.
Sus proclamadores sostienen que esta dieta se basa en 3 simples pasos a cumplir:
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Eliminar de la dieta alimentos tóxicos: alcohol, cafeína, azúcar, leche de vaca y productos lácteos en general y las carnes rojas. Y sumar alimentos saludables como el pescado, frutas y verduras, productos lácteos pero de oveja y de cabra, e incluso leche vegetales.
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Evitar o en lo posible eliminar alimentos procesados, industriales, como lo son los granos refinados y los edulcorantes artificiales. Optar por versiones naturales, más allá de su aporte calórico.
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Realizar actividad física cardiovascular y de fuerza con mayor frecuencia.
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¿Qué piensa la ciencia acerca de esta dieta, sirve o no sirve?
La ciencia sostiene que los desequilibrios hormonales que pueden promover la ganancia de peso no son una causa, sino más bien una consecuencia de dicha ganancia de peso. Por ejemplo en el caso del hipotiroidismo existe un déficit de la hormona tiroidea, y en muchas ocasiones dicho déficit se debe a una mala dieta aunque en otros casos se desconoce por completo el motivo. Pues así en gran parte de los casos un cambio de dieta no solucionaría la enfermedad en cuestión ni la regulación de las hormonas. Sí podría ayudar a su control pero al final de día no modificaría en absoluto los niveles hormonales de manera directa, salvo con una medicación específica.
Por lo tanto, actualmente no existe una teoría viable que demuestre que es posible restablecer el equilibrio hormonal y promover así la pérdida de peso mediante la dieta hormonal.
Lo que sí podemos afirmar es que la dieta hormonal promueve hábitos saludables y que pueden sostenerse en el tiempo sin privarse de nada. Realizando pequeños cambios de a poco, a largo plazo se podría llevar adelante una alimentación natural, libre de químicos y de calorías vacías.