"No confío en estos médicos": el caso de una cubana con cáncer de mama

La madre cubana Georgina Sao denunció en redes sociales el jueves los desafíos que plantea el tener que atender en la isla a su hija de 37 años, Yenisley Perdomo Sao, paciente de cáncer de mama con metástasis ósea y hepática.

Sao contó que el 9 de agosto su hija tenía un turno para realizarse una tomografía axial computarizada (TAC) en el Instituto de Oncología y Radiobiología (INOR) de La Habana, luego de que el resultado del anterior, efectuado en mayo pasado, se extraviara.

Sin embargo, cuando llegaron a la institución médica, las autoridades sanitarias les informaron que el aparato estaba roto.

"Ahora tengo que volver a pedir un turno que posiblemente sea para dentro de cuatro o cinco meses (...) Es demasiado el abandono en el que vive el pueblo de Cuba. Sin medicamentos, sin alimentos y sin atención médica. Abajo la dictadura", concluyó la madre cubana.

Sao declaró a ADN Cuba que su hija fue diagnosticada con la enfermedad en marzo de 2018 y que desde ese año comenzaron las presuntas negligencias médicas.

"Le hicieron una radical de la mamá derecha sin esperar los resultados de la biopsia. No confío en estos médicos", añadió.

Después de la cirugía, la paciente oncológica debía tomar el fármaco tamoxifeno por cinco años, pero este no estuvo disponible durante seis meses y luego le diagnosticaron la metástasis ósea, afirmó su madre.

Además, Perdomo Sao lleva varios meses recibiendo radioterapias que han deteriorado su estado físico, hasta el punto de tener que usar sillón de ruedas.

Por último, su madre contó a esta redacción que la joven ha sido amenazada por la Seguridad del Estado por sus publicaciones en redes sociales. Incluso en una ocasión los agentes llegaron hasta su vivienda en Santa Fe.

Con cada vez mayor frecuencia los cubanos acuden a redes sociales para denunciar la crisis del sistema de salud en el país.

Esta semana también trascendió la historia del anciano cubano Humberto Valdez Pedroso, de 65 años, que no tiene bolsas de colostomía para atender su padecimiento y en su lugar utiliza pomos (botellas) de plástico.

"¿Cómo es posible que yo no posea bolsas de colostomía y que mi bolsa de colostomía sea un pomo (botella) de refresco?", cuestionó el anciano, que, además, tiene amputada la pierna izquierda.