Esclavizan médicos en el extranjero y piden a jóvenes luchar contra la COVID-19

Durante la pandemia los médicos cubanos, esclavos del régimen, han sido enviados a diferentes países a combatir el coronavirus. Ahora la dictadura busca voluntarios para luchar contra la enfermedad en Cuba
Esclavizan médicos en el extranjero y piden a jóvenes luchar contra la COVID-19
 

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El régimen cubano, acusado de explotar a sus médicos en nombre de una supuesta “solidaridad”, ahora pide a los jóvenes sumarse a la lucha contra la pandemia, puesto que la actual situación epidemiológica en la Isla es la más compleja desde la detección de los primeros casos en marzo del 2020.

La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba hicieron un llamado a los estudiantes y profesores a trabajar como voluntarios antiCovid.

Dos de las residencias estudiantiles, la Antonio Maceo y la Julio Antonio Mella, fueron convertidas en centro de aislamiento la primera y en hospital de campaña la segunda.

Ambas organizaciones castristas pretenden que los jóvenes participen de las acciones allí aunque estén expuestos al contagio.

La convocatoria publicada en el perfil de Facebook del periódico oficialista Sierra Maestra usa las mismas consignas de siempre, esas que el régimen totalitario ha empleado durante décadas como retórica.

“Estamos convocando a nuestros jóvenes trabajadores y estudiantes a que, como ya sucedió antes, nos alistemos como voluntarios para trabajar en estas instalaciones. Volvamos a hacer gala de la entrega, el altruismo, el valor de nuestra juventud revolucionaria, que como nuestros padres y abuelos tiene ahora ante sí, el reto de estar a la altura de su tiempo. Es este ideal el que caracteriza a nuestro pueblo y es en nombre de él, que en esta hora difícil para todos los convocamos. La batalla por la vida demanda nuestra participación, y con el aporte de cada uno saldremos victoriosos”, expone la convocatoria del régimen en esa provincia.

Las estadísticas oficiales de la pandemia en Cuba muestran como el rebrote se ha salido del control. El régimen, que no ha podido frenar la COVID-19 en su propio patio continúa enviando médicos hacia otros países para luchar allí contra la propagación del coronavirus.


Médicos cubanos: la esclavitud en el siglo XXI

El personal sanitario cubano es víctima de una nueva modalidad de esclavitud. La trata de personas desarrollada por el gobierno cubano al exportar a los médicos hacia otros países demandantes de ayuda sanitaria ha sido denunciada por varias organizaciones que defienden los Derechos Humanos.

En medio de la pandemia los profesionales de la salud cubanos han estado expuestos doblemente. La dictadura ha llenado sus arcas gracias a ellos, unos 15 países han pagado por la “ayuda solidaria” del régimen caribeño. 

Recientemente Panamá aceptó la llegada de los médicos cubanos, a pesar de conocer que el régimen cubano se apodera de casi el 90 por ciento de sus salarios y los trata como esclavos.

La ONG Prisioners Defenders PD  criticó las declaraciones del funcionario panameño Francisco Sánchez Cárdenas, quien señaló que "El Gobierno cubano verá cómo se arregla con sus médicos, nosotros queremos que nos solucionen".

Un tuit de PD refleja que el asesor del Ministerio de Salud panameño en una entrevista al medio La Estrella afirmó que su gobierno le paga a Cuba y no directamente a los médicos, que no les interesa el trato que reciben los galenos, que es un INDUSTRIA del régimen, y que desechan los derechos de estos profesionales.

En abril último el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas evalúo la situación de los médicos cubanos enviados por la dictadura a misiones en el extranjero, a partir de un  informe preparado por la Relatoría Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud la Relatoría de Trata de Personas.

El personal sanitario cubano es coaccionado y explotado por el gobierno. Al cierre de 2019 unos 28 mil cooperantes estaban diseminados en 61 países, alejados de sus familias, sufriendo pésimas condiciones y cobrando una ínfima parte de los salarios que les corresponden.