José Martí en cartas, discursos y trabajos periodísticos trató tópicos tan importantes como el ejercicios de la democracia como puente para garantizar los derechos de los seres humanos y los países. También en sus escritos dejó plasmado conceptos muy importantes de carácter político, como por ejemplo lo referido al establecimiento de una república auténticamente democrática y que tuviera como ley suprema el respeto a la digna plena de los seres humanos.
En un trabajo reflejado en la Revista Universal, de México, el 7 de marzo de 1876, Martí expresó que nada era tan justo como la democracia puesta en acción. En la Revista Universal de México, en su edición correspondiente al 18 de junio de 1875 manifestó que el hombre existe la fuerza de lo justo y que esto constituía el primer estado del Derecho agregando “Al conceptuarse en el pensamiento, lo justo se desenvuelve en fórmulas: he aquí el Derecho natural. Y al realizarse en la vida, las fórmulas se desenvuelven en aplicaciones, la concurrencia de derechos crea derechos especiales…”
La democracia constitye un derecho inalienable de todas las personas. Esta, debe garantizar a los ciudadanos derechos humanos y civiles, así como su coexistencia, en diversidad y respeto, aceptando y teniendo en cuenta las opiniones de todos. Constituye un sistema que tiene como base la tolerancia, honestidad en quienes el pueblo deposita su confianza, mediante el voto, para que los gobierne.
En la Cuba de José Martí, todos estos ideales se van directos al caño. La historia está llena de ejemplos:
Durante los años de la república los gobiernos cayeron en la corrupción y el favoritismo político, creando en la población un desencanto en las instituciones democráticas. Este factor lo utilizó primero el dictador Fulgencio Batista para dar un golpe de estado el cual rompió el orden constitucional del país. Dicha situación facilitó el pretexto para que, el inescrupuloso populista y tirano Fidel Castro, pudiese engañar al pueblo con su demagogia y posteriormente tomar el poder imponiendo una tiranía totalitaria comunista.
Los hechos hablan por sí solos: Según informa un articulo de CUBANET, a Fidel Castro, en vida, cerca de los noventa, se le demostró una fortuna en bancos en Suiza que asciende a los $1 900 millones de dólares. Luego de su muerte, su herencia está estimada en $900 millones de dólares. En tanto a su hermano, el también ex presidente Raúl Castro se le estima una fortuna de más de $500 millones de dólares, suma bien guardada en paraísos fiscales. Estas cantidades se tratan de fortunas logradas por el robo a las arcas públicas de la isla.
A las democracias regentes en países como Cuba y Venezuela resulta necesario habilitarlas de mecanismos legales e institucionales fuertes e independientes que velen, castiguen e impidan actos de corrupción con toda la severidad de la justicia. La democracia, como sistema, tiene derecho a defenderse de los males que como este le aquejan constantemente.