La celebración por los 500 años de La Habana llegó hasta la finca Vigía, la guarida caribeña de Ernest Hemingway, en donde revelarán una estatua conmemorativa del escultor sueco Johan Falkman, gran admirador de este americano universal, amante de los toros, la pesca y las frases directas.
La finca Vigía debe agradecer a los filántropos y empresarios suecos Dan y Cristin Olofsson por este regalo, quienes contrataron los servicios del escultor. Gracias al apoyo de la embajada de la nación escandinava en Cuba quienes visiten el lugar podrán contemplar la estatua a la entrada de la casona a partir del sábado 16 de noviembre, día en que será inaugurada.
También contribuyeron a materializar este proyecto el Museo de Bellas Artes, la coordinadora técnica del evento y curadora Yanet Berto, y el mexicano Alvaro Gómez, representante del artista para Latinoamérica.
La inauguración incluirá la presentación de la música compuesta por el artista Carl Adam Landstrom especialmente para esta ocasión e inspirada en la épica batalla de un pescador con un enorme pez, historia narrada en El viejo y el mar, último trabajo de ficción publicado en vida de Hemingway y posiblemente su obra más famosa, con la cual conquistó en 1953 el Premio Pulitzer.
Finca Vigía atesora manuscritos, libros, trofeos de caza, fotografías y objetos personales de quien obtuvo el Nobel de Literatura en 1954, autor de títulos célebres como Adiós a las armas y El viejo y el mar.
Hemingway amó Cuba y su oasis campestre con la misma intensidad con que se dedicó al periodismo y la literatura. Pertenece a la generación que llevó las letras estadounidenses a su madurez, junto a Faulkner, Dos Passos y Pound.