Mecánicos de carros en Cuba, verdaderos magos del invento

José Luis González se juntó desde pequeño con mecánicos de carros. A los 12 años se sabía el nombre de todas las herramientas y andaba lleno de grasa. Hoy es uno de los que modifican autos en la Isla para competencias de habilidades.
 

Reproduce este artículo

 

Hace 30 años que el Chino es mecánico de carros. Por sus manos, callosas de tanto trabajo, han pasado muchos vehículos, prefiere armarlos completos, desde el motor hasta la chapistería y la pintura. Pero su orgullo es un Fiat 125, que preparó para competencias de habilidades y con el que es actualmente campeón en “Giros de 360 grados”.

José Luis González (el Chino para sus amigos), se juntó desde pequeño con mecánicos de carros. A los 12 años se sabía el nombre de todas las herramientas y andaba lleno de grasa. “Me uní a personas mayores que eran mecánicos de carros americanos en las agencias antes del triunfo de la Revolución, cuando cogí más edad, en noveno grado, opté por la carrara de Mecánica Automotriz y de ahí para acá mi vida ha sido eso: la mecánica”, cuenta José Luis en su taller del municipio capitalino de La Lisa.

En total ha tenido cinco carros. El primero pertenecía a su tío pero con el tiempo lo reconstruyó completo; luego lo vendieron y compraron otro y así sucesivamente hasta llegar al Fiat, su hijo pequeño, el que lo desvela cuando el motor hace el menor ruido.

Armar un carro en Cuba es muy difícil, se te va parte de la vida en eso. Mis carros anteriores los tuve que hacer enteros: chapistería, pintura, mecánica. El tema que más golpea son las piezas, porque no existen piezas  para los carros en Cuba, por ejemplo para el Fiat 125 hay que importarlas de Argentina, por ende salen muy caras”, lamenta el Chino.

Este panorama se encarece aún más si los carros se destinan a las carreras o a las pruebas de habilidades, como en el caso de este “mecánico-girador 360 grados”.

Para armar un carro para carreras hay que hacer muchas adaptaciones— aclara— Hay que usar un carburador más grande, lograr que sea eficiente, que no traiga conflicto con el motor. Si no se hace bien lo que pasa es que el carburador le introduce mucho combustible y el motor falla, entonces lo que hiciste no sirvió de nada”.

Pero lo primero que hay que hacer es garantizar que los frenos estén al 100 por ciento, al igual que la dirección, eso es lo fundamental, entonces después se puede remodelar el motor hasta hacerlo alcanzar velocidades superiores para las que estaba diseñado.

En verdad son muchas las modificaciones que hay que lograr: se rebaja el block, se rebajan las tapas, se aumentan las válvulas, se le da más entrada de combustible, y así se logra un mayor rendimiento del motor”.

En este tipo de actividades todo sale bastante caro, mucho más de lo que un cubano de a pie pudiera pagar. Por ejemplo, modificar una tapa de block puede costar hasta 300 dólares.

Modificar el carro completo está alrededor de los mil dólares o tal vez más.  Eso es sin hacer ninguna importación, sin comprar piezas en el extranjero, sino el valor se duplica”, aclara González a ADN CUBA.

Por ejemplo en Argentina, de donde es mi carro, también se hacen adaptaciones, hay quienes ponen turbos y logran desarrollar velocidades increíbles. Yo he visto videos de Fiat en los que hacen 9.99 segundos en 400 metros; mi carro lo máximo que hizo una vez en esa misma distancia fueron 17 segundos con 20 centésimas. La diferencia es grande, nunca voy a lograr llegar a ese nivel, en Cuba será imposible”.

Dice el Chino que los cubanos llevamos en la sangre los deseos de correr, que es herencia de nuestros abuelos y padres. Pero en Cuba las carreras de autos no son legales.

 

 

Yo soy del criterio de que si se pueden legalizar las carreras, crear un lugar con todas las condiciones, con todos los requerimientos. El día que eso exista se acabaron las carreras ilegales en Cuba, cuenta González. Pero “yo no corro y no participo en carreras ilegales”, agrega.

El chino es uno de los miembros del club Amigos del Motor. Allí todo cuanto pueden hacer son pruebas de habilidades, como dar vueltas a un barril hasta llegar a 112 giros consecutivos, su actual récord en esta categoría.

Nunca tuve entrenamiento, las ideas me salían en la práctica, pues anteriormente no tenía un lugar donde poder entrenar, (…). En realidad las cosas las fui desarrollando en las propias competencias. A veces no me salía bien algún tipo de ejercicio y lo seguía haciendo hasta que lo superaba, y así logré llegar hasta el nivel que actualmente tengo: el primer lugar de los giros 360 grados”.

El máximo desgaste que tienen los carros que se dedican a estos giros recae en las gomas, la trasmisión, las bandas de frenos, y la emergencia, cuenta el Chino.

Para los giros el carro lleva una preparación muy diferente a la que llevan los carros para correr. El primer tema es la temperatura del motor, hay que lograr bajarla porque el carro trabaja muy caliente. Mi carro, por ejemplo, viene con un electro ventilador, pero también te permite poner una paleta directa. Para lograr disminuir la temperatura aún más yo puse dos electro ventiladores más la paleta directa, por lo que ahora tiene cuatro forma de ventilarse, por eso me permite dar muchos giros sin que el motor se logre calentar.

La válvula de escape yo la hice con mis medios y funciona perfectamente, cuando yo voy a dar los giros, abro esa válvula y me garantiza que hayan menos gases calientes dentro del motor”, explica el mecánico.

Mis habilidades me han abierto puertas que yo nunca imaginé. Gracias a lo que puedo hacer con mi carro me han contratado para hacer videos clips, me han hecho entrevistas, me han invitado para el salón de Excelencias del Motor para exhibir mi Fiat 125, y eso ha sido un orgullo personal porque están reconociendo mi trabajo y mi sacrificio”.

Y aunque más de un mecánico se vuelve mago inventando cómo echar a andar un carro en Cuba, la mayoría de los que se dedican a esta profesión no son grandes hombres de negocios. “Con la mecánica en Cuba no te mueres de hambre, pero tampoco te conviertes en millonario, por lo menos a mí no me da miles de pesos. Yo vivo del diario”, confesó el entrevistado.

 

Relacionados