El actor cubano Rafael Ernesto Hernández, conocido como galán en la televisión y el cine de la isla, está convencido que en el futuro de Cuba debe caber, necesariamente, el criterio de todos sus hijos.
Nació en Sancti Spíritus y estudió actuación desde los 14 años, y a los 17 comenzó a participar en series de televisión, obras de teatro, videoclips y proyectos cinematográficos en Cuba, contando ya alrededor de siete largometrajes. Es graduado de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y la Universidad de las Artes (ISA)
Su talento también se prodiga en la pintura, dirección de videoclips, edición y posproducción, así como en la fotografía, aunque prefiere el cine y el teatro. Desde hace casi una década Rafael Ernesto (36 años) se abre camino en México.
“No es que todos los días piense en volver a la isla, pero hay algo de forma inconsciente, como una gota que cae a cada rato, que siempre me menciona a mi país de una forma u otra”, confesó en entrevista con el diario independiente 14yMedio.
“Siempre está presente la añoranza de vivir allá, pero no puedo bajo las condiciones y las circunstancias actuales”, explica el actor, y añade sin ambages: “No quiero que mi tiempo se pierda en colas para comprar un poco de aceite y esas banalidades de la vida, no puede ser posible. Hasta que esas cosas no cambien no regresaré a Cuba”.
Reconoce que irse de su país “fue una ruptura bastante difícil”. Tenía una carrera envidiable para un actor joven, en el contexto de la isla: había hecho cinco películas, novelas, series, obras de teatro.
“Yo era de provincia y no tenía la entrada económica para poder consolidar mi vida en La Habana, aparte de las limitaciones legales que existían antes de irme, como por ejemplo [la prohibición de] comprar una casa. Por otro lado, influyó el ego y me lo planteé como un reto a mí mismo. Sentí que había llegado al límite de las cosas que podía hacer allá y me dije: 'voy a probarme en otro país'”.
A la vuelta de los años, añora a su familia y amigos, pero también desde la distancia observa y critica cosas que “detesta” de Cuba.
“Todo lo que está sucediendo en la actualidad: el panorama político y económico que ha frustrado tantos sueños, tantos anhelos; la situación de desolación y soledad que se vive. Y si te soy sincero, también el calor [risas]. No soporto esas temperaturas de más de 30 grados”, reconoció al medio citado.
“Llevo casi nueve años viviendo fuera de la Isla y he podido experimentar qué es ser un extranjero. Uno nunca va a acabar de pertenecer a ninguna parte. Por muy bien que ese lugar te acoja, nunca vas a terminar de pertenecer ahí, porque tu país es tu patria, tu cultura, tu nación, es un arraigo que has heredado de generaciones y te imanta fuertemente a ese pedazo de tierra”.
Rafael Ernesto desea, como tantos cubanos “hacer esa patria a nuestra medida. Colaborar con una realidad que se te ajuste a ti y a todos”.
“Cuba necesita del criterio de todos y tenemos que aprender a consensuar los razonamientos y a buscar el espacio para cada pensamiento. Debemos entender hacia dónde queremos direccionar nuestra patria, pero donde todos tengan voz y voto”, señaló.
Sobre las críticas o repercusiones personales de sus opiniones sobre el régimen cubano, enfatizó a 14yMedio: “No estoy conspirando (…). Si toman mi manera de manifestarme como un agravio o lo que sea, es problema de los gobernantes. Solamente me pronuncio con lo que pienso, diciendo lo que es más que obvio. Ni siquiera cuento con el Gobierno, simplemente estoy haciendo un llamado a que todos tenemos que participar”.
Añadió que “un partido, llámese como se llame, no puede ser más importante que la nación en sí y las personas que la componen. Han tenido más de 60 años para probar la efectividad de su ideología política y han tenido un respaldo incondicional de un pueblo entero para poder desarrollar un país, pero han fallado, han fracasado, por las razones que sea. Ya es hora de reconocer ese fallo y permitir que los que están detrás intenten hacer el trabajo que ellos quisieron hacer y no pudieron”.
Luego de afianzar su carrera en México, incluyendo la filmación de Marioneta, la que considera su mejor película, Rafael Ernesto se prepara para ser padre junto con su esposa, la músico y modelo cubana Dayana Soliño.
“Vamos a ser padres por primera vez y eso trae consigo muchas inquietudes. Santiago Ernesto debe nacer ahora en marzo y espero no ser un padre tirano [risas]. Espero ser uno democrático, respetar profundamente los deseos de mi hijo y ser orientador, no impositivo ni dictatorial, porque eso se llama ser sabio en la vida”.
Es inevitable para él, por estos días, ver su microhistoria como una metáfora de lo que sucede con Cuba. Por eso dijo a 14yMedio: “Tenemos más bien que velar por que ese desarrollo de un hijo se produzca de forma natural, legítima, saludable, es lo único que tenemos que hacer los padres, porque de lo demás se encarga la vida. Y pienso que en alguna medida eso es lo que le sucede a Cuba también. Hemos tenido un tutor demasiado dictatorial y no nos ha permitido desarrollarnos, no ha confiado en nosotros, en nuestro potencial como nación y patria”.