El gobierno cubano insiste en mantener un gravamen del 10% a los dólares que ingresen en su sistema bancario en efectivo, “para combatir el bloqueo financiero impuesto por Estados Unidos”, aseguraron hoy directivos del Banco Central (BCC).
Hasta ahora no había llamado la atención esa medida impuesta en 2004, porque en las calles circulaba el CUC como sustituto del dólar estadounidense. Pero la reciente aprobación de compra en tiendas especializadas con esta moneda, previo depósito en cuentas bancarias habilitadas al efecto, provoca en los cubanos la pregunta de si debe mantenerse la carga.
Según declaraciones de directivos del BCC al periódico Granma, los depósitos de divisas en cuentas extranjeras son indispensables para realizar cualquier tipo de actividad comercial en otros países. Las operaciones de importación, de las que Cuba depende en grado extremo, se hacen solamente a través de estas cuentas.
Cuando los dólares se reciben en billetes para utilizarlos en transacciones internacionales, Cuba debe enviarlos al exterior y tener bancos que los quieran recibir, lo cual implica altos riesgos y costos adicionales.
El impuesto del 10%, según la Resolución No. 80 del 23 de octubre de 2004, pretendía desestimular la entrada de billetes a la Isla para que las personas y empresas optaran por utilizar cuentas bancarias, con lo que se garantizarían un flujo directo de divisas para esas operaciones financieras tan necesarias.
Por otra parte, el gravamen pagaría los costos de transportación del billete físico hacia el exterior.
Sólo se cargan las operaciones financieras con dólares en efectivo dentro de la Isla. No se hace lo mismo con el uso de tarjetas magnéticas u otras divisas, ya sea en tarjeta o efectivo, como dólares canadienses, francos suizos o euros.
Los directivos del Banco eludieron una respuesta concluyente a la pregunta de Granma sobre si el gravamen continuará ahora, tras las nuevas medidas: “el gravamen (…) ha sido y continúa siendo un tema de evaluación y permanente atención del sistema bancario”. Sin embargo, esta respuesta es una aceptación tácita de su permanencia.
La Isla tiene un déficit de divisas permanente, agravado en los últimos años por varios factores.
En primer lugar, la colaboración con Venezuela y otras naciones aliadas, como Bolivia, cesó o disminuyó, y esta era la principal entrada de divisas del país. Luego, ha disminuido el turismo, debido a las sanciones estadounidenses, las que también ahora son más estrictas. Cuba sigue pagando su deuda con el Club de París, otra sangría para sus muy reducidas reservas.
En resumen, no hay razones para creer que el gobierno renuncie a cualquier medio para suplir su falta de dinero, por modesto que sea.