Cubano desamparado: “Vivo en la calle y duermo en el parquecito”

Enio Ángel Vegas Cata es un ciudadano cubano que, próximo a cumplir 60 años y después de una vida al servicio del régimen, vive en la calle.
Cubano desamparado: “Vivo en la calle y duermo en el parquecito”
 

Reproduce este artículo

Enio Ángel Vegas Cata es un ciudadano cubano que, próximo a cumplir 60 años y después de una vida al servicio del régimen, vive en la calle, sin techo ni comida. 

Antes de pasar sus días vagando por las calles del municipio de Baracoa, provincia Guantánamo, Vegas Cata vivía en un barrio conocido como el Acueducto, pero su pequeña vivienda fue devastada tras el paso del Huracán Matthew, el 4 de octubre del 2016. 

Su casa estaba situada en los terrenos de una cooperativa que le negó la posibilidad de reconstruirla. 

“Mi casa estaba en el terreno de una cooperativa en Guanacón, del lado allá del río. Cuando vino Matthew, el ciclón, se me derrumbó. Yo no tenía recursos ni condiciones para arreglarla. Entonces tuve un problemita, que no tenía condiciones, no tenía propiedad tampoco, ni nada, pertenecía a una cooperativa y la cooperativa la recuperó y yo me quedé sin nada” explica. 

Ante su compleja situación, las instancias pertinentes no le ofrecieron materiales, subsidios ni la posibilidad de acceder a un albergue temporal. Desamparado, sin apoyo de ninguna instancia, a Vegas Cata solo le restó deambular por las calles y dormir en el parque conocido como como “La bajada de la Marina”, ubicado frente al Banco Central de Crédito y Comercio de la localidad. 

Sin embargo, algo notable en el testimonio de este adulto mayor cubano es que durante 14 años se desempeñó como Oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Inició su carrera en Yerba de Guinea, en Santiago de Cuba, y posteriormente fue trasladado al Acueducto Yateritas, de Guantánamo, como profesor de Táctica general. 

Al preguntarle si recibió algún apoyo o propuesta por parte de las FAR, Enio lo negó rotundamente.

Según alega, su vínculo con el ejército culminó  después que notara algunas incongruencias a nivel interno. Tras ser promovido en varias ocasiones, llegando a trabajar incluso en el “Estado Mayor como oficial de cuadros”, el entrevistado asegura que su plaza desapareció al entrar en vigor el Plan Alejandro.

“De ahí me mandaron a trabajar como jefe de una compañía. Cuando yo venía aquí, de pase, me daba vueltas por el Estado Mayor. Decían que no había plaza y siempre había caras nuevas. Me reuní con el jefe de Cuadros, que falleció, y me dijo que el general Pancho, muy conocido aquí en Cuba como Pancho Co****s, no quería soltar a ningún oficial de los que tenía arriba”, explica pausadamente el veterano. 

Al remitirse a sus superiores a nivel provincial, recibió la misma respuesta. “Me disgusté ahí mismo, les pedí un papel y solicité mi baja”, relató.

Por su trabajo en el ejército, Vegas Cata alcanzó el grado de capitán. Sin embargo, hoy en día su historia es expresión de la indiferencia de la organización por quienes han servido en sus filas.

En una bolsa, el Vegas Cata guarda sus pertenencias, como un saco sobre el cual se acuesta en las noches para evitar la frialdad del suelo y un abrigo para cuando hace frío. Es todo lo que queda para un hombre que entregó su vida a una institución para la cual se ha convertido en una persona desechable.