Entre la masa del supuesto picadillo que vende el régimen a los pobladores de Ciego de Ávila, pueden verse los gusanos, según denunció en su cuenta de Twitter el usuario Richard Schirrmann, quien se identifica como amante de la Libertad y el Periodismo.
El también anticomunista, defensor de los Derechos Humanos y activista Político hizo público el video en el que narra la amarga realidad de quienes reciben estas "ofertas de alimentos".
Detalla que les venden a los ciudadanos "un Picadillo que no se sabe qué tiene adentro, con Gusanos" y lo denuncia como ejemplo, del incumplimiento de los #DDHH en la isla caribeña.
Entre los comentarios que recibió Schirrmann se lee: "Que asco, ese picadillo ni color tiene, de que carajo será, luce de Aura Tiñosa x lo de los gusanillos". Alguien más lo nombra "Proteínas comunistas".
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Cabe resaltar que este no es un caso aislado. Ha sucedido también con la harina de trigo en La Maya. Hace unos seis meses cuando se limitó la venta liberada de pan en el país, debido a la falta de materias primas, la calidad bajó mucho.
En agosto, además, luego de diez días sin poder comer arroz, una cubana del poblado oriental La Maya compró las libras adicionales –dos por persona– que el régimen entregó a precio subsidiado para sobrellevar la crisis alimentaria. Pero Mindalia (56 años), no resolvió mucho con el “salvavidas” que le lanzó el gobierno, porque cuando revisó la mercancía en su casa, comprobó que los granos estaban llenos de gorgojos y olían a “rancio”.
Según un reportaje sobre la escasez de alimentos en esa localidad de la provincia Santiago de Cuba, que fue publicado por el medio independiente CubaNet, Mindalia regresó de inmediato a devolver el arroz, pero la respuesta de la administradora fue tajante: “Todo está igual porque tiene mucho tiempo en el almacén. Justo nos mandaron a venderlo porque no se puede botar”.
Asimismo, el régimen de La Habana suele ponerse creativo y, a cada tanto, propone platos a los cubanos en medio de la escasez. A base de claria y tripas, las recetas han sido un escándalo de la gastronomía y los comunistas lo presentan sin pudor alguno.