En los últimos meses han corrido por las redes sociales denuncias sobre la tala de árboles en ciudades de Cuba, principalmente en La Habana. Varias personas han expresado su enojo ante esta medida y algunos activistas han propuesto salir a sembrar nuevos ejemplares.
Esto último puede ser la causa de que apenas unas semanas atrás apareciera en el noticiero nacional el vocero del régimen, Humberto López, diciendo que la siembra de árboles constaba como una acción dentro del supuesto manual de golpe blando que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ejecuta contra el castrismo.
La respuesta del régimen a las denuncias sobre la tala de árboles llegó este 28 de mayo a través de un artículo publicado por el periódico oficialista Tribuna de La Habana en su versión digital, donde destaca que el motivo detrás de la nefasta siega, es que esas especies no eran las más "adecuadas de la flora para el arbolado urbano".
Al respecto Yesenia Ibañez Carbonell, subdelegada de medio ambiente de la Delegación territorial en La Habana, dijo que "lo que hoy tenemos es la consecuencia de haber plantado variedades impropias y un mal manejo del arbolado, de ahí que este año se promueve un trabajo más centrado en revertir esta situación".
Por su parte el Tribuna de La Habana informó que el régimen planea en la capital cubana, con motivo de celebrarse este 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, plantar árboles en diferentes locaciones de la ciudad, "como el área sita frente a la Terminal de Ómnibus Nacionales, y el tramo comprendido en calle 5ta, desde G hasta Paseo, ambos en el municipio de Plaza de la Revolución".
Asimismo dijo que estas acciones involucrarán a la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en La Habana, la Empresa Agroforestal Habana, los Gobiernos municipales y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), como para dar la idea de que están trabajando en cambiar el panorama actual.
De igual manera Yesenia Ibañez afirmó que durante el periodo comprendido entre 2016-2020 el índice de boscosidad aumentó en un 19,1% en comparación con el 2011- 2015, como parte del plan del régimen para "el enfrentamiento al cambio climático", a pasar de que lo que el pueblo ve es la desaparición de los árboles, lo que entre otras cosas, hace que se eleven las temperaturas en las calles de las ciudades.
