El medio oficialista Granma anunció que no se realizará el correspondiente Censo de población y viviendas, planificado para el mes de septiembre del presente año.
Según el diario del régimen, las causas por las cuales se suspendió la operación de levantamiento de información sociodemográfica fueron “un atraso provocado por la pandemia de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo económico del Gobierno de EE. UU., que limitó disponer de los recursos para esta tarea”.
Al decir de Diego Enrique González Galbán, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (Cepde) de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) para realizar un censo se necesita como mínimo un trabajo previo de dos años, 40 000 tablets -de los cuales se han recibido 1 400 por concepto de donación de organizaciones colaborativas-, y la contratación de una fuerza de trabajo de 40 000 profesionales.
Entre las acciones previas a la realización del censo, el directivo aseguró que se debe mapear el territorio nacional a nivel de manzanas para lograr una actualización cartográfica, actividad de terreno que se vio imposibilitada por la pandemia.
No obstante, González Galbán aseguró que ello no supone un gran problema, pues disponen de “un sistema robusto para el cálculo de la población anualmente, a partir de censos con una elevada cobertura, además de los sistemas de registro de nacimientos, defunciones y migraciones existentes” aseguró.
Sin embargo, la cancelación del censo se efectúa en un contexto complejo desde el punto de vista demográfico, pues se está presenciando la peor crisis migratoria de la historia de Cuba y recientemente se supo que el país registró el peor descenso poblacional en 60 años.
A ello se suma que, aunque existe un robusto sistema de registro de nacimientos y defunciones, no ocurre igual con los registros de salidas del país por conceptos migratorios pues, según dicta la Ley de migración vigente, un nacional es considerado emigrante solo cuando transcurre un periodo de dos años ininterrumpidos fuera del país.
Según el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, en 2021 “Cuba alcanzó muy bajos niveles de fecundidad, equivalentes a 44 años por debajo del reemplazo generacional”. El estudio señala, además, que continúa el reforzamiento de los niveles de envejecimiento demográfico.
Los números estuvieron marcados por la pandemia de COVID-19, que disparó las cifras de fallecimientos, al tiempo que, por la misma causa, se produjo una contracción de la natalidad. De los 168 municipios de la Isla, 159 redujeron sus cifras de habitantes.
Los censos de población y vivienda constituyen la principal fuente de información sociodemográfica a nivel mundial y se deben realizar con una periodicidad de diez años. El último levantamiento censal realizado en Cuba se desarrolló en el año 2012.