Muchos cubanos no salen de la indignación y el estupor porque el régimen, que tanto persiguió y encarceló a quien tuviera un puñado de dólares, ha dado un timonazo brusco hacia la verde moneda y quiere recopilar toda la que pueda. Su principal carta para llenar las arcas de divisas estadounidenses, es la apertura de tiendas estatales que solo venden en moneda libremente convertible (MLC), donde aparecieron como por arte de magia productos ausentes durante meses en toda la isla.
Desde La Habana, la cubana identificada en redes sociales como Anaian Menes se pregunta “¿cuántas personas no pagamos estos productos a sobreprecio porque tenemos necesidad y no los hay en las tiendas de CUC?”.
Menes publicó varias fotografías de un establecimiento gubernamental, bastante surtido según los estándares de la empobrecida Cuba.
Ella señala que, mientras permanecen casi vacíos los comercios que venden productos en pesos cubanos convertibles (CUC) –al que han pronosticado pronta desaparición–, “en las tiendas de MLC los hay en demasías...”
La cubana dice que no entiende, “pues a mí me pagan en CUP [pesos cubanos] y mi salario no alcanza para eso, quitando que estamos algunos interruptos por la pandemia”.
La pregunta de la joven podría responderse fácilmente: el régimen castrista, que ordena y dispone de la vida de sus súbditos a capricho, está acostumbrando a tomar medidas “de contingencia” sin ninguna consulta ni pensar en las consecuencias para las amplias mayorías.
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Anaian Menes critica que el dólar ahora tan deseado por la dictadura, “una moneda que hasta hace poco no era legal, moneda que le costó años de cárcel a muchos, hoy es por decirlo de alguna forma la moneda que está en el bombo... ¡¡¡siii!!! porque el que no la tenga tiene que pasar 10 000 dificultades para conseguir algo que comer, muchas veces sin éxitos”.
“Entonces yo me pregunto: ¿algún día Cuba avanzará? Las tiendas en CUC vacías y donde sacan algo hay que ser valientes para poder comprar, guerreros en las calles para poder obtener algo para llevar a las casas...”
Lamentó que “seguiremos con nuestras tiendecillas en dólares americanos... con tarjetas para poder comprar y los cubanos de a pie, los que no pueden matándose en la calle... esta es la cuba del 2020 y la que seguirá adelante”. Menes dijo que la situación del país le da una mezcla de “risa roña y vergüenza”.
Confiesa que “hace unos días una amiga publicó que ella amaba a su país o sea a Cuba, yo no respondí de la misma forma, y no es que valla en contra de la revolución, sino que cosas como estas no me causan alegría ni sentimientos de orgullo por mi país, más bien enojo y furia... muchas cosas tengo que agradecerle a esta patria, pero hay veces que me decepcionan sus dirigentes. ¿Acaso ellos hacen la misma cola que yo para conseguir los insumos necesarios?
La retórica de la muchacha falla en que identifica el problema, pero no la causa, que no es otra que el sistema mal llamado “revolución”. Tampoco hacen bien los cubanos en identificar la patria y la nación con la tiranía que la somete hace décadas. Mientras sea así, nada cambiará.