Halloween en Cuba, otra derrota para el comunismo

La festividad de Halloween sigue ganando espacios en Cuba, a pesar de que el régimen la condenó durante décadas, como otras celebraciones "burguesas"
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Por Jancel Moreno

Halloween es una fiesta que originalmente se celebra en Cánada y Estados Unidos, y que con el paso del tiempo se ha extendido a varios países de los cuales Cuba no es la excepción.

La festividad de Halloween, o Noche de Brujas, es una fiesta de origen celta llamada Samhain, en contraposición a la fiesta cristiana de los Santos en la que, de acuerdo a la tradición, se abre la puerta que separa el mundo del más allá y los espíritus de los difuntos visitan los hogares y los pueblos donde solían vivir.

Una de las tradiciones más arraigadas durante la celebración es la recolección de golosinas realizada por niños, quienes van por las puertas de las casas con disfraces inspirados en películas e historias de terror diciendo la frase “trick or treat” (trato o truco).

Durante sus primeras décadas el régimen cubano hizo lo imposible por prohibir este tipo de festividades e incluso intentó reemplazarlas por otras como el 26 de julio, el 28 de septiembre (día de los Comité de Defensa de la Revolución), entre otras.

“Fiestas burguesas”, “penetración” y “divisionismo ideológico” son algunas de las frases que utilizó el Gobierno para desacreditar festejos como el de la Navidad, arraigados en la cultura cubana.

A pesar de esto, y debido a la crisis económica, difícilmente los niños cubanos recibirían golosinas en Halloween. O habría que comprarlas a sobre precio, llegando a costar más de 300 pesos un paquete de galletas y dulces.

La fiesta de Halloween en Cuba está más pensada y extendida entre los jóvenes y los adultos. Disfrazarse con lo que pueda encontrarse en casa y salir a compartir con los amigos en el Malecón de La Habana, o los parques de otros pueblos y ciudades, es una forma barata y extendida de celebrarlo.

Casi todos los negocios privados, principalmente los bares y restaurantes, ambientan con adornos relativos a la fecha e invitan a los clientes a concursos con premios para la persona o la pareja mejor disfrazada.

Incluso algunos centros del Estado llegaron a publicitar sus fiestas temáticas, pero, al parecer, fueron prohibidas, dado que ni siquiera los sitios más populares de La Habana o Varadero anunciaron la fiesta de disfraces.

Para algunos, no hay prohibiciones ni límites. Sandro Castro, nieto del fallecido Fidel Castro, anunció en Instagram la fiesta de Halloween en uno de sus bares, el Bar EFE, como un suceso descomunal.

No faltaron las críticas ni la polémica en los medios, algo que es común con el nieto del dictador. Incluso algún que otro comunista comentó:

"Sandro, cuando tenemos un nombre tan heroico lo respetamos más que cualquier otro y no nos metemos en anuncios estúpidos, una fiesta estúpida, una fiesta pura imperialista. A ti no te importa, pero esto es muy precioso para tantos, como yo, que vivimos por la Revolución de tu abuelo. Por favor, respeto y discreción a su gloria, gracias por tu comprensión", comentó Dimitri Dimis en el Instagram de EFE Bar.”

Halloween en Cuba es ya una realidad y llegó para quedarse. Es una ocasión para disfrazarse, divertirse y salir, aunque sea una noche de la agonía que se vive en estos tiempos dentro de la isla. Un pequeño escape a la realidad que nos deja el comunismo.

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