Un nuevo artículo publicado en el periódico oficialista Granma, órgano del comité Central del Partido Comunista, ha vuelto a insistir este lunes en la situación de los indigentes, llamados "deambulantes callejeros", un fenómeno sobre el que alertó recientemente el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
"Nadie debería estar desamparado en un país como el nuestro, donde la Constitución consagra el culto a la dignidad plena de todos los cubanos" --reconoce el diario oficialista, antes de aclarar que "aunque la cifra de deambulantes en la Isla se considera leve, en comparación con países de la región y de otras latitudes, aún queda mucho por hacer para erradicar este fenómeno, sobre todo para que las familias comprendan que necesitan de su máxima atención y cuidado".
En entrevista con funcionarios de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y de Salud Pública (Minsap), dos de los principales organismos que intervienen en la atención a los indigentes, la periodista de Granma vincula la conducta deambulante con "conductas disociales, vinculadas al uso irresponsable de alcohol; personas con problemas de vivienda, y adultos mayores carentes de amparo familiar".
El Consejo de la Administración Provincial, los gobiernos locales y los policías son las principales instancias que intervienen en la detección de las personas, familias o grupos con conducta deambulante, precisa. Muchos están mal atendidos por la familia, o no cuentan con una vivienda, o son propietarios de casas de las que han sido despojados.
Ómnibus pertenecientes a los gobiernos locales recorren cada territorio del país en la búsqueda de individuos con esta vulnerabilidad social. , no se trata de un deambulante, sino de individuos que bebieron de más y, sin percibirlo, se quedaron dormidos en algún portón de la ciudad, comenta la funcionaria. Ante esta situación, se contacta a los parientes y se le retorna a su núcleo familiar.
Cuando se detecta a una persona con conducta deambulante, y esta no tiene familiares que respondan por ella inmediatamente, la decisión es "trasladarla a un Centro de Protección Social –en la Isla hay cinco de este tipo–, donde se tendrá más tiempo para localizar a los parientes del individuo", explica un funcionario. Allí se realiza una evaluación médica exhaustiva, se le higieniza, y se hacen las primeras evaluaciones de todo tipo, para poder tomar decisiones que ayuden en la reincorporación de la persona a la vida social, comenta por su parte Alberto Fernández Seco, jefe del departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Minsap.
No obstante, esta institución es un centro de evaluación, no de permanencia, ya que tiene una capacidad limitada, aclara la Directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del MTSS.
El Minsap, añade, es el encargado de buscarle un espacio en esta institución, o en una Casa de abuelos –el sistema de salud cuenta con 294 centros de este tipo– cuando solo precisen de cuidado diurno.
Cuando se da el caso de que la persona presenta alguna patología siquiátrica descompensada, se valora su ingreso en un hospital para estos enfermos, comenta. En caso de que la persona presente descompensaciones de algunas enfermedades crónicas, el Minsap garantiza su atención en centros hospitalarios de la Isla.
La conducta deambulante no siempre se asocia a una patología, o a adicciones. Hoy son muchas las personas que habitan las calles por haber tenido problemas de vivienda, coinciden los especialistas.
"Esta situación se repite en muchos de los adultos mayores que deambulan. Algunos son propietarios de casas o apartamentos, sin embargo, las familias los han rechazado o desplazado. Y, como no sabe a dónde dirigirse para rescatar sus derechos, pernoctan en las calles", añade la Directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del MTSS.
Algo similar ocurre con las personas que cumplieron sanciones de privación de libertad. Al salir de prisión sus familiares les hacen rechazo, aunque, según el Acuerdo 1456 del año 2014, la Fiscalía General de la República es responsable de prevenir a los familiares obligados de las personas con conducta deambulante para que cumplan con sus obligaciones.
Para el caso de los enfermos mentales, que no poseen declaración judicial que determine su incapacidad, y se requiera proteger bienes o intereses de los cuales hayan sido despojados o estén en riesgo, la fiscalía debe indagar sobre los familiares a los que corresponde promover el expediente para declararlos incapacitados.
En el caso de los que son propietarios de viviendas, se coordinan acciones para el inicio de procesos legales, que conduzcan a la restitución de sus derechos.
Asimismo, el Acuerdo 1456 añade que la Policía Nacional Revolucionaria, además de verificar la identidad de la persona con conducta deambulante y sus antecedentes, debe promover la adopción de medidas legales sobre los familiares, que incumplan su deber de atención a estas personas.
Con la labor de los más de 6 000 trabajadores con que cuenta el país, hemos logrado devolver a muchas de las personas deambulantes a una vida digna, con el acompañamiento de sus familias, explica Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del mtss.
Según el reportaje oficialista, desde el año 2014 hasta la fecha la cantidad de deambulantes ha disminuido considerablemente. El reportaje, sin embargo, no da ninguna cifra. El pasado mes de enero en el Palacio de la Revolución, hubo “una reunión de chequeo al Programa de Prevención, Asistencia y Trabajo Social, que puso especial énfasis en el funcionamiento de los Centros de Protección Social para la Atención a las Personas con Conducta Deambulante”. Allí se reconoció que los centros de acogida existentes no daban abasto para paliar la situación de los indigentes.