Obatalá o Virgen de las Mercedes en su día

La religión yoruba celebra la deidad de Obalatá. Este es descendiente directo de Olodumare (el Dios supremo) y uno de los siete orishas principales del panteón de esta religión originaria de África.
 

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Obatalá

Hoy la religión Yoruba celebra la deidad de Obalatá. Este es descendiente directo de Olodumare (el Dios supremo) y uno de los siete Orishas principales del panteón de esta religión originaria de África.

Obatalá es considerado el padre de todos los hijos en la tierra, y creador de los seres humanos y todo lo que habita en el planeta. Como tal es regidor de todas las partes que integran el cuerpo humano, principalmente de la cabeza, los pensamientos y la vida humana, también se considera  dueño de la blancura o donde participa esencialmente lo blanco simbolizando la paz y pureza. Este Orisha también es dueño de los metales blancos, sobre todo la plata. Obbatalá es un Osha y se encuentra en el grupo de los Oshas de cabecera.

Su fecha de celebraciones es el 24 de septiembre, su número el ocho y sus múltiplos, y sus días de la semana son los jueves y el domingo. La imagen se sincretiza con la Virgen de las Mercedes quien abraza a todos sus hijos con paciencia y amor. Entre sus muchas cualidades él es el que trae inteligencia, paz y calma al mundo, también el único Orisha que cuenta con caminos tanto masculinos como femeninos.

Se dice que cuando Dios bajó a la tierra a ver lo que había hecho, bajó acompañado de su hijo Obatalá. Este fue mandado a la tierra por Olofin con el objetivo de hacer el bien y gobernar como rey del planeta. Se le considera misericordioso y amante de la paz y la armonía. Rige la buena conducta y es uno de los pocos capaces de aplacar a su hijo Shangó y a Ogún Areré. Todos los Orishas lo respetan y lo buscan como abogado, sin embargo no admite que nadie se desnude en su presencia o se digan frases duras o injuriosas. Según versa en la religión sus hijos deben ser muy respetuosos. Tiene veinticuatro caminos o avatares. El castillo que le pertenece tiene 16 ventanas, no admiten el sol, el aire o el sereno.

Obatalá, cuenta con veinticuatro caminos o avatares. El castillo que habita tiene dieciséis ventanas por las que no entra el sol, el aire o el sereno.

 

 

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