El artista plástico cubano Erik Ravelo Suárez rindió un sentido homenaje a las víctimas del hundimiento del remolcador “13 de marzo” y presentó su creación “El paraíso de los náufragos”, un bello cuadro que sintetiza el sufrimiento que se vivió en el mar aquel 13 de julio de 1994 por un crimen de estado para cuyos artífices y víctimas aún no ha llegado la justicia.
“Hoy es un día triste. Un día como hoy, en 1994, murieron ahogadas 41 personas, 10 eran menores de edad. Perecieron en el hundimiento del remolcador 13 de Marzo”, recordó Ravelo Suárez en su perfil de Facebook, en un post donde mostró su creación de homenaje.
Luego de recordar que a bordo de la embarcación iban mujeres y niños, con el propósito de llegar a Estados Unidos y escapar de la precaria situación que les embargaba en la isla, el artista lamentó presentir que “todas esas lágrimas vertidas en el mar Caribe nunca se secarán”.
“En el recuerdo de las víctimas de este trágico evento, que quedará como una de las páginas más tristes y oscuras de la historia reciente de nuestro país, a todas las personas que murieron en el mar, a los de entonces y a los que mueren hoy en día en Europa cruzando el Mediterráneo, a los náufragos de la vereda azul (el mar) que espero encontraran un lugar mejor que este mundo en el que les tocó vivir, descansen en paz”, agregó Ravelo Suárez, que compartió varias fotografías con los detalles de su composición.
Entre las personas que perdieron la vida en el hundimiento del remolcador “13 de Marzo” hubo al menos 10 niños de entre seis meses y 12 años de edad. El oficialismo ha defendido que el siniestro se produjo como consecuencia del enfrentamiento entre miembros del “pueblo revolucionario” y personas que pretendían abandonar ilegalmente el país en un medio patrimonial hurtado a ese pueblo.
Sin embargo, sobrevivientes del hecho han confirmado con sus testimonios que fueron víctimas de un crimen premeditado. Los tripulantes de las embarcaciones que salieron a detener al remolcador lanzaron chorros de agua sobre los de éste y provocaron el hundimiento mediante colisiones voluntarias y al escorarlo.
Por si fuera poco, negaron el auxilio inicial a los sobrevivientes, algo que de manera tardía y un tanto oscura hizo el régimen después de permitir, probablemente bajo sus órdenes, que el crimen se cometiera.