El Gobierno español ha admitido este martes que intercedió por la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, para evitar que la policía la deportara nada más pisar suelo español en cumplimiento de las sanciones impuestas por la Unión Europea, reveló hoy el periódico digital Vozpópuli.
"Si esta persona (Rodríguez) hubiera entrado en territorio español se hubiera producido una crisis con la UE y Venezuela", ha dicho la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero.
"Nuestra obligación era hacer cumplir las sanciones. Y esta persona nunca atravesó el control de fronteras", añadió.
España se vio envuelta en un escándalo nacional pero que salpicó internacionalmente, al permitir que la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aterrizara en el aeropuerto de Barajas y pasara unas horas en la zona de tránsito.
Por ser funcionaria del régimen chavista en Venezuela, a ella le aplican las sanciones impuestas por la Unión Europea, entre las que están las restricciones a visitar territorio comunitario europeo.
Vozpópuli dijo que esas sanciones obligaban a la policía española a deportar a Rodríguez en el siguiente vuelo a Caracas, según han explicado fuentes policiales y aeroportuarias a este diario. Fuentes del Gobierno han admitido que si ministro de Transporte, José Luis Ábalos "no hubiera intervenido, la policía habría rechazado" a Rodríguez.
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La semana pasada se supo que el ministro Ábalos llegó y entró al avión privado para conversar con su homólogo venezolano y ahí saludó además a Rodríguez, un encuentro de unos 25 minutos.
La portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha dicho que la intervención de José Luis Ábalos, revelada por Vozpópuli, evitó una crisis diplomática con Bruselas y Venezuela.
La vicepresidenta pasó varias horas en tránsito en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, hasta salir al día siguiente de España en un vuelo comercial rumbo a Doha.
Algunas fuentes jurídicas consideran que impedir el cumplimiento de estas sanciones, es decir la deportación por parte de la policía, podría constituir un delito de prevaricación.
Montero ha tratado de restar importancia a este extraño episodio que tuvo lugar la semana pasada.
Según la portavoz, el Gobierno español tuvo conocimiento de que Rodríguez haría escala en España cuando su vuelo privado ya había despegado. Y ha explicado que la normativa española no obliga a identificar a los pasajeros en origen, sino en destino. Por eso, ha detallado, no se supo antes que la número dos de Nicolás Maduro iba en esa aeronave.
La portavoz ha señalado que Ábalos intervino a petición de los ministerios de Exteriores y de Interior porque se sabía que iba a estar en el aeropuerto. El ministro esperaba a su homólogo de Turismo venezolano, con el que ha dicho públicamente que mantiene una amistad.
La gestión de Ábalos consistió, según el Gobierno, en recordarle a Rodríguez que no podía pisar suelo español.
El ministro de Transportes negó en un primer momento haberse reunido con la vicepresidenta de Venezuela, pero días después admitió un encuentro de 25 minutos a bordo del avión.
"La gestión de Ábalos fue exitosa", ha dicho. "Evitó que esta persona entrara en nuestro país".
Pero la oposición política criticó al Gobierno por esa actitud aparentemente permisiva con la vicepresidenta venezolana.
“Prevaricación de las cloacas del Estado a disposición de narcodictaduras. La España de la banda”, dijo en un tuit el eurodiputado Juan Ramón Bauzá.