El comediante, actor, director y dramaturgo cubano Alexis Valdés regresa a la pantalla miamense este 15 de enero a las 10:00 pm por MegaTV, la que fue su casa desde el 2006 hasta el 2012 con el exitoso programa Esta noche tu night.
Los cubanos que residen en la segunda capital de Cuba, Miami, volverán a ver a Nereida y Cristinito, personajes que hicieron famoso al gran humorista. Ahora lo acompañan algunos de sus colaboradores habituales, como el Mónico Pino y su esposa, la actriz Claudia Valdés, entre otros.
Alexis no es sólo un actor imaginativo sino también un maestro de la expectativa y gran vendedor de su propia imagen. Hace días viene publicando en su cuenta de Instagram pequeños anuncios de su regreso a la pantalla floridana, unas veces maquillado como Nereida y otras como el Joker, el protagonista de la película que tiene once nominaciones al Oscar. ¿Qué matiz o cambio le pondrá el artista para divertir a su público?
En declaraciones exclusivas al Nuevo Herald, Valdés dijo que lo hacía “cumpliendo peticiones. La motivación ha sido precisamente el público. Todos los que en estos años, ya sea en la calle o por las redes siempre me preguntaban lo mismo: ¿cuándo vuelves a la TV? Pues nada, como diría un cantante tradicional, ‘complaciendo peticiones volvemos a la TV”.
Valdés describe a uno de sus personajes preferidos, Cristinito, que lo acompaña desde hace casi 30 años, como un heredero de Cantinflas y Tres Patines. “Su mayor atractivo es el juego con el lenguaje”. Nereida es lo opuesto: “es completamente lúcida, habla de las cosas bellas de la vida y refleja el deseo de superación de todo ser humano”.
Valdés tuvo su propio programa por última vez en la pantalla de Mira TV, de donde salió en mayo del 2014. Sin embargo, se mantuvo muy activo en el teatro de Miami en las tres partes de la comedia Oficialmente Gay, que dirigió y escribió, aparte de representar pequeños papeles en ellas.
Pocos actores cubanos gozan de la simpatía del público y el éxito mediático de Valdés, quien se ha convertido en un referente de la diáspora cultural cubana. Graciosos sin caer en la vulgaridad, sus personajes se renuevan contantemente por la imaginación de su padre, quien los rehace sin dejar de mantener aquello que los identifica.