En abril de 1961, entre los días 17 y 19, Playa Girón y Playa Larga se convirtieron en teatro de operaciones tras el desembarco de fuerzas cubanas en el exilio que integraban la Brigada 2506 durante la Invasión de la Bahía de Cochinos, con la que buscaban establecer una cabeza de playa y a partir de ahí el derrocamiento del gobierno de Fidel Castro.
El plan de los expedicionarios era controlar la Península de Zapata desde Playa Girón a Playa Larga, y luego de 72 horas, con el apoyo de Washington, establecer en el lugar el gobierno del Consejo Revolucionario, heredero del Frente Revolucionario Democrático, con el Dr. José Miró Cardona a la cabeza, pero lo que sucedió fue todo lo contrario, y el día 19 el contingente de la Brigada 2506 encontró la derrota a manos de las tropas de Fidel Castro.
Con aquella intervención también se buscaba provocar un levantamiento en masa de los cubanos que facilitaría las acciones combativas de los invasores, así como aunar esfuerzos con las guerrillas que luchaban en el Escambray, dos cosas que nunca sucedieron.
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La invasión dejó 161 muertos en las filas de Castro y 107 en las anticastristas. 1189 expedicionarios se convirtieron en prisioneros, de los cuales cinco fueron fusilados y otros nueve condenados a 30 años de prisión, mientras que el resto terminaron siendo canjeados con Washington, mediante negociadores, por 53 millones de dólares en medicinas, alimentos y tractores.
El gobierno de La Habana utilizó la victoria para vestirse de legitimidad frente a los movimientos de izquierda en Latinoamérica y los países socialistas en el planeta, y como espaldarazo a la figura y el liderazgo de Fidel, quien la acuñó como la primera derrota sobre el imperialismo en América, algo completamente falso.
Si bien la Brigada 2506 fue apoyada por el gobierno norteño de muchas maneras, lo cierto es que no contaba con un solo soldado estadunidense en sus filas, y una vez comenzó la invasión, los norteamericanos se desentendieron de los cubanos, que después de ese momento pasaron a ser tildados de mercenarios por la propaganda del régimen cubano, aunque cuando llegaron a los Estados Unidos en 1962 fueron reivindicados como héroes y homenajeados incluso por el presidente Kennedy.
Si nos tomamos algo de tiempo para revisar la historia, comprobaremos que el primer revés militar que sufrió la Casa Blanca en Cuba, ocurrió el 25 de abril, pero de 1898, y es conocido como la Batalla de Cárdenas, una escaramuza naval que se convirtió en el primer combate de la Guerra Hispano-Estadounidense y que provocó otra batalla que tuvo lugar el día 11 de mayo de ese mismo año, donde los norteamericanos también fueron derrotados, tras dos horas y media de combate, y que pasó a ser la mayor victoria española de esa guerra.