El compositor cubano Aurelio de la Vega, cuyas composiciones fueron silenciadas durante décadas en la isla, falleció ayer 12 de febrero en la ciudad de Los Ángeles, California.
El artista murió a la edad de 96 años por complicaciones cardiacas, precisó el medio independiente Diario de Cuba.
Su música volvió a ejecutarse en Cuba luego de que, en 2019, la prensa estatal lo sacara del ostracismo. Su obra Intrata, estrenada en 1972, lo devolvió a los escenarios cubanos.
Nacido en La Habana en 1925, de la Vega es autor de una prolífica obra que incluye en sus composiciones vocales poemas de José Martí, Gastón Baquero, Emilio Ballagas, Heberto Padilla y Octavio Armand.
De la Vega ostentó varios títulos académicos en su extensa vida. En Cuba se graduó de licenciatura en Humanidades, más tarde realizó un máster en Diplomacia y otro en Musicología, hasta doctorarse en composición en 1958.
Antes de exiliarse, en 1959, fue secretario de Redacción del Conservatorio, revista oficial del Conservatorio Municipal de La Habana, presidente de la Sección Cubana de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea, presidente del Consejo Nacional de Música de Cuba, profesor de Música y presidente del Departamento de Música de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba y vicepresidente de la Orquesta Filarmónica de La Habana, además de ejercer como crítico musical de los periódicos Alerta y Diario de la Marina.
En la Universidad del Sur de California fue profesor distinguido de música y director del estudio de música electrónica.
En 1971, recibió el premio al profesor más destacado de todo el sistema universitario estatal de California, y fue compositor residente en la Universidad Estatal de California hasta el 1992.
Entre sus lauros están el Premio Friedheim del Kennedy Center for the Performing Arts en 1978 por su obra orquestal “Adiós”, y fue nominado en 4 ocasiones al Premio Grammy Latino