La profesora del Instituto Superior de Arte (ISA) cubano, Isabel Cristina López Hamze, realizó una reflexión en su Facebook sobre la actual "coyuntura" que atraviesa la isla.
López Hamze narra cómo un día, en medio de las peripecias que debe hacer para llegar a su lugar de trabajo, se encontró con otra maestra, de 64 años y compartieron impresiones sobre la situación.
"Y después de hablar de nuestras estrategias de transportación para llegar al ISA, ella me dice: Imagínate, ahora dicen que hay que pensar como país, y yo no he hecho otra cosa en la vida que no sea pensar cómo país”.
Sin embargo, Isabel expresó: "Yo no quiero pensar como país, que yo no sé lo que piensa el país de mí, que quiero pensar como yo, que la revolución y el comunismo me los dieron en infusión, y que en vena solo tengo la sangre de mis abuelos".
"Yo quiero pensar como mis cuatro abuelos juntos, con mi despiste geográfico y mi incultura política, con mis ganas de ser poeta, aunque sé que mis poemas son malos, muy malos, con mi desilusión y mi arraigo, con mi tristeza al ver que se van mis socios del barrio, con mi visión hipercrítica y el melao sentimental de la esperanza. Yo quiero pensar como yo y, aun así, querer ser seducida por mi país y seguir caminando ese kilómetro al resistero del sol y, si tengo suerte, seguir encontrándome gente linda, auténtica y sincera que ya no quiere pensar como país", agregó la docente.
Estas palabras se producen luego de que en agosto la viceministra primera de Educación condicionara la docencia a la defensa “a ultranza [de] cada paso que se da en la Revolución”. Y sentenció: “El que no se sienta activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas, debe renunciar a ser profesor universitario”.
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El texto, titulado Ser profesor universitario *, resulta una vindicación clara de la política de que “la universidad es solo para los revolucionarios”.