Managua, 6 sep (ADN). El Gobierno de Daniel Ortega difunde propaganda oficialista en las escuelas nicaragüenses a través de los libros escolares de primaria, en una clara estrategia para perpetuarse en el poder, según una investigación periodística publicada por Connectas, una plataforma digital regional.
La investigación, firmada por el periodista Julián Navarrete, señaló que los libros de estudios sociales, lenguaje y literatura, y convivencia y civismo, “parecen más sacados de un órgano de propaganda que de un plan de estudios, una paradoja en uno de los sistemas educativos con más carencias en la región”.
El reportaje mostró un párrafo del libro de convivencia y civismo, en el cual se lee: “mamá dice, ahora tenemos un Gobierno que se preocupa por las dificultades que tiene el pueblo, por eso a doña Lupe le hicieron su casa, destruida por el terremoto, a doña Lola le dieron zinc para cambiar el techo que era de plástico, a la Juana le entregaron su bono productivo alimentario, para que le diera vida a su parcela y saliera de la pobreza”.
En dicho libro, agregó el reporte, hay un capítulo llamado “Bien Común”, en el que se explican todos los programas del Gobierno de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua desde 2007, y su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta desde 2017. Ella ha ejercido además como secretaria del Consejo de Comunicación y Ciudadanía en períodos anteriores.
Lea también
“Han usado el sistema educativo como una red a través de la cual quieren enviar su mensaje partidario para seguirse manteniendo en el poder, y esto atenta contra todos los principios de educación”, dijo a Connectas Josefina Vijil, miembro del Centro de Investigación y Acción Educativa y Social (CIASES), un organismo privado de investigación y análisis de políticas educativas.
En la Nicaragua de hoy, señaló el informe, no solo es que se mencione a la familia presidencial en los textos escolares, sino que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público presupuestó para su elaboración en 2019 un total 650,257 dólares. Desde 2013 hasta la fecha, la inversión en este rubro ha sido de 1.3 millones de dólares.
La investigación señaló que la publicidad estatal se muestra en los murales de los colegios, junto a la figura del poeta Rubén Darío, y se exalta también a mártires del partido de gobierno, entre ellos Carlos Fonseca, el fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el hermano de Ortega, Camilo, y al poeta sandinista Leonel Rugama.
Si bien no hay una partida presupuestaria para propaganda en el ministerio de Educación, el especialista Alex Bonilla dijo que el gobierno hace llegar esos insumos a través de su tendido político, como la Juventud Sandinista y los gabinetes de los barrios, que son los que colocan afiches y banderas rojinegras —los colores del partido oficial— en los colegios con la anuencia de las mismas autoridades, según el reporte periodístico.
Lea también
Añadió que la propaganda política que llega a las aulas, va dirigido a casi un millón y medio de estudiantes y sus familias en un país con índices de analfabetismo que hasta hace tres años llegaba al 15.8 por ciento.
Connectas revisó 25 libros de primaria y secundaria de colegios públicos de este gobierno: nueve de estudios sociales, 11 de lengua y literatura y cinco de convivencia y civismo, en los que encontró 35 fotos de Daniel Ortega, junto a afirmaciones de los presuntos beneficios que ha dado su gobierno a la población.
La investigación agregó que, según el texto de estudios sociales, el resultado de las políticas gubernamentales es que en “Nicaragua se viva en libertad y democracia, las autoridades son respetuosas de la ley y de las instituciones públicas. Sin persecución política ni presos políticos, ni torturas en las cárceles, sin exiliados ni golpes de Estado, sin represión militar o policiaca”.
Ese escenario, añadió el informe, contrasta con las denuncias por concentración de poder y violaciones a derechos humanos contra Ortega, el aparato represivo del Estado y paramilitares desde abril del año pasado. Según organismos internacionales, entre ellos la OEA y Naciones Unidas, el uso excesivo de la fuerza provocó 328 personas asesinadas, más de dos mil heridos y el éxodo de 70 mil personas.