El presidente de EE. UU., Joe Biden, prometió este 2 de septiembre “toda la ayuda que sea necesaria” a los estados afectados por la tormenta Ida, que ha dejado más de 20 muertos en el noreste del país.
“Hay muchos daños. Se lo he dejado claro a los gobernadores: Mi equipo de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias [FEMA, siglas en inglés], está sobre el terreno preparado para proporcionar toda la ayuda que sea necesaria”, añadió en rueda de prensa.
Biden resaltó que es la primera vez que el Servicio Meteorológico Nacional emitía una emergencia por inundaciones en Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island, y elogió a los socorristas que ayudaron a las personas atrapadas en el metro de Nueva York.
“Han caído lluvias récord en estos estados. Nueva York registró ayer, el primer día de septiembre, más lluvia de la que suele ver en todo el mes”, destacó el mandatario. “Estamos viendo la misma historia de devastación y heroísmo a través de Nueva Jersey y Pensilvania”, añadió.
También aprobó una declaración de emergencia para California, en la otra costa del país, mientras el incendio de Caldor arde en la zona del lago Tahoe.
Las calles neoyorquinas se convirtieron en ríos en algunas partes de la capital comercial y cultural de Estados Unidos. Muchos ciudadanos aprovechaban este jueves la mejora del clima para limpiar aceras y calles de ramas y objetos esparcidos por la tormenta.
Ida, que se formó a finales de la semana pasada en el golfo de México, alcanzó la costa sur de Estados Unidos con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, convirtiéndose en un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson. Tras tocar tierra, la fuerza de los vientos ha disminuido hasta 150 km/h.
El presidente viajará el viernes a Luisiana, donde el huracán destruyó edificios y dejó sin electricidad a más de un millón de hogares.
Ida destruyó buena parte del cableado eléctrico allí, especialmente en el área metropolitana de Nueva Orleans, dejando a más de un millón de personas a oscuras.
Su vecino, el estado Misisipi, también sufrió el azote del huracán, que ya deja cuatro muertos en esos estados y una estela de daños materiales aún sin cuantificar en medio de las inundaciones.
Biden aprobó además la declaración de "desastre mayor" para Misisipi, lo que permite movilizar rápidamente recursos del gobierno federal para apoyar las tareas de las entidades locales y estatales.