El cantante, compositor y músico cubano, Pedro Luis Ferrer Montes, pidió este 29 de enero a través de una publicación en Facebook que los cubanos tengan el derecho a protestar pacíficamente.
El reclamo de Pedro Luis Ferrer se suma al de numerosos artistas y personalidades cubanas en el marco de los sucesos ocurridos en las afueras del Ministerio de Cultura el pasado 27 de enero, donde una turba de funcionarios, incluido el ministro Alpidio Alonso, junto a agentes de la policía y la Seguridad del Estado arremetieron contra artistas y periodistas que exigían respeto a los derechos fundamentales de los cubanos.
Ferrer titula su publicación "El manotazo fundamentalista", en alusión a la agresión de Alpidio Alonso contra el periodista de Diario de Cuba Mauricio Mendoza
"Mi cabeza amaneció con el viejo y sabio refrán: 'El que calla, otorga'", señaló el músico cubano y añadió:
"Ayer, 28 de enero -cumbre fecha martiana- topé en las redes con muchas imágenes que me entristecieron profundamente y acrecentaron mi preocupación por el destino espiritual de nuestro pueblo. Soy cubano, artista, músico, poeta… y no puedo hacer silencio ante lo que acontece en la isla".
Reflexionando sobre lo ocurrido frente al Ministerio explicó que "resolver a manotazo lo que ni siquiera se discute… Precisamente para eso sirven los gaznates: para no tener que discutir lo que no te conviene; pero -sobre todo- para ignorar la demanda proveniente de aquellos que no tienen poder para imponerla".
Asimismo dijo que "quien, desde posición de poder, lanza el exabrupto, convencido de que lo recibirá alguien que profesa la filosofía de la no violencia, es un calculador consciente. No obstante, al quedarse sin adversario en la violencia, el transgresor resalta por el uso excesivo e innecesario de la fuerza. La prepotencia lo conduce al error, cuyo fuero -por si quedaba alguna duda- queda subrayado por la presencia policial y los grupos de 'respuesta rápida' sobre personas desamparadas".
Ferrer señala además, que "así, el poder omite el paso del diálogo y pasa al uso de la fuerza. Pues diálogo significa dialéctica, cambio. Ello establece que quien participa en un diálogo está dispuesto a asimilar lo que escucha, y a transformar, en alguna medida, su razonamiento y su actitud", y es conocido que durante estos 62 años la dictadura siempre se ha negado a establecer un dialogo genuino con el pueblo, pues no es de su interés enrolarse en nada que cambie su manera de manejar el país, y mucho menos, que ese cambio, cualquiera que sea, redunde en derechos y libertades para el pueblo.
Agrega que "toda política de fuerza evita el diálogo, y es llevada a cabo por aquellos que están absolutamente convencidos de que tienen la más absoluta verdad-absoluta. O por quienes anteponen y defienden sus intereses a capa y espada", y refiere que estos "son los que pretenden desconocer la diversidad de una nación".
Luego precisa que "el fundamentalismo es tautológico e irracional, sobre todo cuando se ejerce por conveniencia. Sabemos que esta clase de persona no es propensa a dialogar con adversarios que NO constituyan un peligro para su integridad física. Por eso su signo es el abuso".
El cierre de su texto lo reservó para dejar constancia pública de su rechazo "a cualquier accionar desmedido y coercitivo contra los cubanos todos, obreros e intelectuales, que desean expresar pacíficamente sus demandas ciudadanas, lo cual constituye un derecho humano inalienable, consensuado universalmente por el conjunto de las naciones soberanas (incluida Cuba), y ningún Estado o gobierno está autorizado a prohibirlo", y realizó un llamado "al diálogo fecundo".