El guajiro no es de andarse con rodeos. Han movido fichas y proclaman un cambio en cuanto a la abusiva política económica que la tiranía implementa con ellos.
La razón es evidente y oportuna: alertar la hambruna que se avecina en Cuba y proclamar sus derechos.
Con mucha claridad la Liga de Campesinos Independientes de Cuba y la Federación de Mujeres Rurales han expuesto puntos concretos, con datos y hechos en la carta dirigida a Michelle Bachelet, alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, donde denuncian abiertamente las acciones del gobierno hacia el campesino y las repercusiones de este comportamiento que como último daño desencadenará una crisis alimentaria mayor a la que hoy existe en la isla.
Bien por denunciar que el problema de desabastecimiento alimenticio en la isla no es por el embargo de Estado Unidos a Cuba, sino porque no los dejan hacer ni ser.
Bien por incluir que dentro las sanciones a Cuba impuestas por el embargo norteamericano no comprenden los alimentos ni las medicinas que, además, una vez adquiridas son vendidas a altísimos precios por parte de la tiranía.
Acertado apuntar que el 80 % de los alimentos importados por Cuba se debe a la incapacidad de producción del Estado y que la falta de liquidez viene aparejada a su mala gestión económica y al creciente endeudamiento.
Oportuno aclarar que Estados Unidos sí permite el comercio exterior con las empresas privadas de Cuba, así como la inversión y que ello no ha sido posible al estar prohibido por los Castro.
Excelente denunciar que el campesino cubano no es propietario de su tierra, no se les permite el libre comercio ni la libre producción; que son continuamente víctimas de decomisos, altos impuestos, inspecciones, malos tratos y difamación pública en medios de comunicación.
Bien por denunciar que los métodos empleados para el pueblo son semejantes a los del dictador Stalin cuando provocó la hambruna en Ucrania.
Pero ojo, solicitar que el gobierno cubano escoja el camino tomado por Vietnam, un país comunista, no es acertado y explicaré las razones.
A pesar del crecimiento económico de Vietnam luego de realizar la renovación (Đổi Mới) en los 90 al adoptar una “economía de mercado orientada al socialismo”, hay una profunda desigualdad de ingreso y de acceso a la asistencia sanitaria; la sociedad civil vietnamita sigue padeciendo de la falta de libertad de expresión, así como de las libertades básicas.
El gobierno vietnamita es una dictadura totalitaria que reprime y persigue a la oposición, controla los medios de comunicación, la industria básica y la mayor parte de la banca.
Con todo su boom económico es contradictorio que pequeños empresarios sueñen con la apertura de negocios en diferentes zonas del país, donde se puedan crear sus propias marcas y tener sus propias tiendas, entonces esta realidad no es en su esencia muy diferente a la cubana.
Con lo cual se hace necesario tener muy claro los objetivos y trazar un camino diferente. En Cuba hace falta erradicar el socialismo. No dialogar con la dictadura. Exigir un cambio definitivo de sistema, no pedir reformas. Si nos enfrascamos en solicitar y no exigir jamás el cubano podrá disfrutar de los derechos que le pertenece.
Cuba no goza de una economía saludable, no hay desarrollo económico, mucho menos crecimiento económico ni economía de mercado. En Cuba solo hay desempleo, escasez, inflación, endeudamiento, disminución de la producción de bienes y servicios, mala calidad de vida de sus habitantes y opresión.
Cerremos el cerco, apretemos la tuerca y no perdamos el foco. Queremos a Cuba libre.
Y que se vayan ya.