Una pequeña granja de cerdos fue desmantelada en la zona rural de Cuba por autoridades del municipio de Alquízar, en la provincia de Artemisa, en el occidente del país.
Según un reportaje televisivo del oficialista Canal Caribe, la granja no poseía ninguno de los varios permisos requeridos para mantener actividades relativas a la producción porcina, como los medioambientales, que exigen el tratamiento de las aguas residuales y de los desechos de los animales.
“Están vertiendo los desechos al medio, no poseen tratamiento de aguas residuales ni licencia ambiental, y no tienen actualizado el monitoreo de las aguas”, dijo Drialis Barrroto, especialista del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Alquízar.
En el operativo las autoridades incautaron 64 cerdos y una cantidad no especificada sacos de maíz y soya, granos con los que se los alimentaba.
También se detectó que en la vivienda se había manipulado los contadores, para aparentar poco consumo eléctrico.
El reportaje subrayó que la cría de cerdos, sin el aval del Estado, viola la Ley 81 para la Protección del Medio Ambiente.
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Sin embargo, a pesar de que en principio había una la violación a la legislación señalada, por no contar con los permisos respectivos, hubo reacciones encontradas por parte de los internautas.
Unos respondieron molestos a la noticia, publicada en la plataforma YouTube, pues en Cuba se registra escasez de algunos alimentos, y por los cuales la población debe hacer largas colas para intentar obtenerlos, no siempre con éxito. Pero otros apoyaron la medida de las autoridades.
“Conclusiones: menos cerdo para la población. Nadie está para trabajar por 20 CUC al mes. Quítense la venda”, comentó Francisco Palenzuela.
Otro comentó, airado: “Llevan 61 año expropiando, dando golpes, matando, fusilando opositores quitándole a los ciudadanos lo que ellos han trabajado, qué asco el comunismo”.
Por el contrario, Joan Moncada dijo: “Cero tolerancia con los irresponsables”.
Y Carlos Andréu opinó: “Hasta cuándo hay que aplicarle sentencia más duras a estos ilegales, en Singapur los ponen en la silla y le dan de varazos de bambú”.