El gobierno chino reconoció este viernes que el número de fallecidos por el nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan fue casi un 50 % más alto de lo que se informó, lo cual podría causar una subestimación de las verdaderas dimensiones de esta catástrofe sanitaria.
La agencia de noticias china Xinhua citó a un funcionario no identificado de la oficina de prevención y control de epidemias de Wuhan, quien aseguró que en las primeras fases del brote, “debido a insuficiencias en la capacidad de ingresos y tratamiento, algunas instituciones médicas no lograron contactar con el sistema de prevención y control de enfermedades a tiempo, mientras los hospitales estaban desbordados y los médicos sobrepasados con los pacientes.”
Como resultado de esta situación, aseguró el funcionario, hubo informes tardíos, perdidos y erróneos, por lo que el gobierno chino elevó su número total de muertes a más de 4 600 después de que Wuhan, epicentro del brote, agregó unos 1 300 fallecidos.
De acuerdo con este reporte, el número total de casos en la ciudad capital de la provincia de Hubei también aumentó hasta 50 333, cifra que representa cerca de dos tercios de los 82 367 contagios reportados en total por el gobierno chino.
Las nuevas cifras se recopilaron a través de una comparación de datos del sistema de big data de control y prevención de epidemias en Wuhan, el sistema de servicios funerarios de la ciudad, el sistema de información de la autoridad hospitalaria municipal y el sistema de pruebas de ácido nucleico, según Xinhua.
Se sumaron nuevas muertes porque las que no se habían producido en hospitales no estaban registradas en el sistema de información de control de enfermedades, y algunas instituciones médicas no habían comunicado casos o lo hicieron tarde.
Han existido muchos cuestionamientos acerca de la precisión de los informes de casos de China y los críticos dicen que los funcionarios trataron de minimizar el brote que comenzó, supuestamente, a finales de diciembre.
Estas cifras pudieran influir considerablemente en la actuación de los gobiernos, mientras el personal médico se esfuerza por averiguar cómo hacer frente a las oleadas de personas enfermas y los funcionarios toman decisiones cruciales sobre dónde dedicar los recursos y cómo empezar a suavizar los encierros para resucitar sus economías.
La pandemia ha infectado a más de 2.1 millones de personas y ha matado a más de 145 mil, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins basado en cifras proporcionadas por las autoridades gubernamentales de salud de todo el mundo.
Las dudas sobre la veracidad de los datos provenientes de Beijing crecieron cuando en enero la ciudad de Wuhan estuvo varios días sin reportar contagios ni muertes, situación que llevó a la comunidad internacional a exigirle transparencia al gobierno chino en aras de un mejor trabajo de prevención en el resto del mundo.