La Habana, 7 mar (EFE).- Su primera intención fue romper estereotipos y demostrar que la mujer cubana era mucho más que un ser sensual. En ese camino, Zenaida Romeu, la primera directora de orquesta graduada en la isla, encontró un sonido propio que ha puesto voz femenina a la música salida de las Américas.
Nacida en una familia con un siglo de tradición musical, la vocación fue algo que vino de forma natural para Romeu (La Habana, 1952), pero elegir la dirección que tomaría en su carrera y su propósito, fue una decisión muy personal.
"Soy la primera mujer graduada de Dirección de Orquesta en Cuba, así que siempre, de alguna manera y otra, he tenido el propósito de hacer espacios nuevos para mi género a partir del conocimiento de una profesión que históricamente había sido dominada por los hombres", aseguró en entrevista con Efe.
Acostumbrada desde joven a cargar con el peso de su apellido, Zenaida entró pisando fuerte a la exigente escena cultural cubana con su primer proyecto: un coro de cámara que rompió moldes para su época.
La década de 1990 y la intensa crisis económica que sufrió el país como consecuencia de la desaparición de la Unión Soviética provocó un éxodo que afectó también a la música, sobre todo a la de cámara, donde "cada vez eran menos las cabezas canas y menos aún los jóvenes", recuerda.
Con años de experiencia como profesora en España y directora en Italia, Romeu siguió la ruta contraria de muchos cubanos en los noventa y regresó a la isla para fundar la "Camerata Romeu", una orquesta de cámara integrada solo por mujeres que revolucionaría la escena musical clásica en la isla.
Uno de los primeros propósitos detrás del nuevo proyecto fue "cambiar la imagen peyorativa que en muchos lugares se tenía de la mujer cubana en esa época", cuenta.
Sin embargo, una orquesta femenina en Cuba no era nada nuevo. En la década de 1930, en coincidencia con la legalización del voto para las mujeres, surgieron varios conjuntos musicales exclusivamente femeninos, pero siempre dedicados al género bailable popular, "nunca a la música clásica".
La propuesta de "una orquesta de nuevo tipo" de Romeu incluyó cambiar el tradicional "emsemble de música cubana, con guitarras, claves, tumbadora y bongó" por la típica orquesta de cuerdas y devolver "esa tradición esencialmente europea pero con un sonido totalmente nuevo".
"Quitamos los atriles y decidimos tocar de memoria. Hemos tocado así lo mismo una obra de (Piotr Ilich) Chaikovski que la 'Camerata en guagancó' de Guido López-Gavilán. Es parte de la imagen de la orquesta, que ayuda a producir una cierta complicidad con el público", explicó.
La "Camerata" surgió en 1993 de la mano de la Fundación Pablo Milanés, y su propuesta de cambio comenzó desde la superficie, con "una imagen fresca" que primero se inspiró en los conjuntos de chaqueta y falda popularizados por la francesa Cocó Chanel, hasta llegar a los vestidos "palabra de honor" que visten hoy.
En lo musical, Romeu decidió abrir el diapasón con un repertorio muy variado, que aunque incluye piezas de autores clásicos europeos, favorece la obra de compositores cubanos y latinoamericanos, el "verdadero objeto de la orquesta", comenta la Maestra.
"Cada concierto es único y aunque puede que el público no comprenda el esfuerzo doble que hacemos para tocar de memoria, siempre lo agradece. (...) En cuanto al sonido, no fue adrede. Cuando empezamos a viajar y asistir a Festivales, muchos músicos comenzaron a decirnos que teníamos un timbre propio", insistió.
Para la directora, es "la tradición de la orquesta de cámara centroeuropea, pasada por el tamiz de la cultura cubana, lo que le da a las interpretaciones una personalidad propia".
"Es como nosotros vemos el mundo, no una réplica exacta de como Europa hace la música. Creo que la voz de la 'Camerata' es la voz de las Américas expresadas a través de una orquesta de mujeres", reflexiona.
La "Camerata Romeu" se declara feminista. "Nosotras no estamos peleadas con los hombres. Solo queremos hacer visible que las mujeres podemos hacer los trabajos que históricamente solo hacían los hombres. Hace 25 años llenamos un espacio que estaba vacío", subrayó la directora.
Aunque se considera "una mujer empoderada" que desde su profesión ha allanado el camino para hacer visible el talento y la profesionalidad de otras mujeres, para Zenaida Romeu aún "se ha avanzado muy tímidamente" en la lucha por la igualdad.
"Depende mucho de la propia mujer, de esa autovaloración, ese autorrespeto que cada una tiene que tener por sí misma", señaló la Maestra, que no se considera "muy optimista" de que la verdadera igualdad entre hombres y mujeres se alcance en 100 años, plazo que el World Economic Forum ha previsto para lograr esa meta.
Según Romeu, "las mismas madres y abuelas deben ayudar a que las jóvenes no den un paso atrás y puedan llegar a ser ellas mismas".
"Yo lo que quiero es que las mujeres, las jóvenes sobre todo, pongan luz larga hacia el futuro y aprovechen las circunstancias que tienen a su favor, que estudien, que así podrán ser lo que quieran", concluyó.
Yeny García