Presa política Brenda Díaz continúa sin llamadas telefónicas

Ana María García, madre de la presa política cubana Brenda Díaz, denunció a través de una directa la situación que enfrenta su hija en la prisión de mujeres Cuba-Panamá, en la provincia Mayabeque.

García explicó que hace dos meses no se permite a los reclusos hacer llamadas telefónicas, supuestamente porque un rayo dañó el sistema. "No sabemos nada. Si hay alguna enfermedad, alguna cosa que suceda con ellos, estamos incomunicados", afirmó.

"No solamente mi hija Brenda, que está por las manifestaciones del 11 de julio, sino todos los presos que hay ahí, personas enfermas. Esa es una prisión especial para personas con VIH", agregó.

García dijo que su hija padece varias enfermedades, incluyendo VIH, y que desconoce si ha recibido atención médica en los últimos dos meses: "Solo quiero pedir justicia, que mi hija se comunique conmigo, que esos teléfonos en dos meses estuvieran arreglados", reclamó.

La madre denunció el abuso contra su hija y demás presos políticos. García responsabilizó a las autoridades por mantener incomunicados a reclusos enfermos y exigió la reparación urgente del sistema telefónico. "Pido libertad para mi hija, pido libertad para todos los presos políticos, libertad para Brenda", concluyó.

En declaraciones a ADN Cuba, García dijo que la última vez que vio a Brenda fue el pasado 11 de agosto en una visita familiar y que hasta el próximo 5 de septiembre no tiene más visitas. La madre dijo que la situación es preocupante pues hace poco murieron dos reclusos en esa prisión.

Brenda Díaz, presa política por las manifestaciones de julio de 2021 (11J), fue condenada a 14 años de cárcel inicialmente y en abril de 2023 se le sumó otra condena de siete meses, por presunto desacato, tras recibir una golpiza en la cárcel.

Díaz fue sentenciada por supuesto desacato, a pesar de que fue ella la golpeada por un oficial identificado como Frank  en febrero último.

Desde su entrada a la cárcel, la joven ha recibido malos tratos por parte de las autoridades penitenciarias debido a su identidad de género. En octubre de 2022, el guardia antes mencionado la lanzó por unas escaleras.

Díaz García se encuentra recluida en la sección de hombres del establecimiento penitenciario, donde fue obligada a raparse la cabeza y a vestirse con ropa masculina.

También ha estado aislada en varias ocasiones en celdas de castigo y no ha recibido adecuada atención médica para sus padecimientos de salud.