Niño cubano duerme en portales de La Habana

El activista y ex preso político cubano Silverio Portal divulgó este martes 30 de mayo, en sus redes sociales, imágenes de un niño durmiendo en un portal de una céntrica avenida en La Habana.

En el video publicado en Facebook Portal expresó: “Un niño vagabundeando por la calle. Pidiendo dinero y durmiendo en la calle. Miren: es un niño, miren la cara”.

“Está en la calle regado. ¿Esto no lo ve nadie? Todo el mundo mirando que es un niño. ¿Pero eso no lo ve el sistema [el régimen]?”, se le escucha decir al disidente mientras se dirigía a algunas personas que pasaban en ese momento por el lugar. “Nadie ve que eso es un niño”, coincidió una mujer.

El menor aparece en la grabación acostado en el suelo, aparentemente dormido, con un short y una camiseta con la que intenta taparse algunas partes del cuerpo. Delante tiene un recipiente con algunos billetes y monedas dentro.

Según se observa en el video, el niño está frente a un establecimiento comercial que tiene unas vidrieras que dan al portal, con unas carteras en exhibición.

“Estas cosas quiebran nuestro corazón. Miren la juventud como se pierde cada día más por culpa de ese régimen totalitario, en el que solo viven los Castros comunistas”, escribió en la publicación el usuario Yonimiler del Río Polo.

Silverio Portal Contreras, condenado en 2018 a tres años de cárcel por los supuestos delitos de desorden público y desacato, fue liberado con una licencia extrapenal a finales de 2020. Luego volvió a ser detenido y confinado por su activismo. La licencia extrapenal le fue revocada y cumplió tras las rejas el tiempo que restaba de la sanción. Cuando estaba cumpliendo la condena de prisión política sufrió delicados padecimientos de salud.

Actualmente, el activista denuncia en sus redes sociales desde las calles de La Habana, con ejemplos concretos, la pobre realidad que vive el pueblo cubano. Portal muestra con las fotos y videos que publica la crisis del país y señala al régimen como el responsable de la escasez de alimentos y medicinas, la insalubridad y el abandono de ancianos, mujeres y niños.

El caso del menor mostrado por Silverio Portal no es único. La mendicidad en Cuba aumenta y en La Habana ya se puede ver hasta niños en la calle pidiendo dinero a los transeúntes, de acuerdo con una nota publicada a finales del pasado año por el diario digital 14ymedio. Sus reporteros encontraron a dos niños en Centro Habana suplicando ayuda económica “con la mirada apagada y la voz un poco ronca”.

“Tocan una campanita y alargan una cesta de mimbre, aprovechando el trasiego de Belascoaín y Carlos III. A la esquina donde operan los precoces mendigos llega una señora achacosa, no muy presentable, que sin embargo los regaña por estar pidiendo. '¿Dónde dejaron a su familia?', les dice, sin que los niños sean capaces de responder”.

De acuerdo con los periodistas Juan Izquierdo y Juan Diego Rodríguez, “los índices de mendicidad en la isla se han disparado trágicamente, y si antes solo se veía pedir en las calles a hombres mayores, generalmente alcohólicos, ahora también lo hacen mujeres, discapacitados, enfermos psiquiátricos, adolescentes y niños”.

El gobierno comunista prefiere esconder la vulnerabilidad extrema de estas personas bajo el eufemismo de “deambulantes”. Las autoridades esconden bajo la alfombra los datos que puedan mostrar cuán pobres son los cubanos. Sin embargo, durante los últimos años ha sido evidente en las calles el aumento de la precariedad en la isla, sobre todo a partir de medidas económicas del régimen comunista que han disparado el costo de la vida.

Un informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) señala que más del 72% de los cubanos vive por debajo del umbral de la pobreza y que solo el 14% espera que su situación personal mejore en un futuro próximo. La investigación para este estudio independiente incluyó 1 227 entrevistas personales, realizadas en 59 municipios del país.

Por otra parte, el economista Pedro Monreal advirtió recientemente que el aumento de la inflación en Cuba ha disparado la “pobreza crónica”.