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La lucha de Maikel Herrera siempre estuvo en las calles

A pocos días de su muerte, el activista cubano Maikel Herrera Bones es recordado por otros opositores por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y por su activismo en las calles.

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Maikel Herrera murió el pasado 7 de diciembre
Fotomontaje ADN Cuba | Maikel Herrera murió el pasado 7 de diciembre

Actualizado: December 11, 2024 11:07am

A pocos días de su muerte, el activista cubano Maikel Herrera Bones es recordado por otros opositores por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y por su activismo en las calles.

Su primo Yoel Parsons Bones comentó a ADN Cuba que: “Cada vez que tuvo oportunidad o se necesitaba hacer una campaña a favor de la libertad de Jose Daniel Ferrer u otros activistas de los derechos humanos, él salía a la calle con carteles en su defensa y apoyo. Por esa causa sufrió muchísimas detenciones y represión de parte de la policía política y de la policía estatal regular”.

Igualmente, el expreso político Lázaro Yuri Valle Roca, hoy desterrado, lo recuerda como "un gran patriota y un activista muy activo que siempre estuvo al lado de la resistencia para luchar contra la dictadura".

De acuerdo con la activista, también desterrada, Eralidis Frómeta, Maikel "nunca dejaba su activismo, aun en medio de su enfermedad (VIH)".

Herrera Bones falleció el 7 de diciembre, luego de más de cuatro meses de hospitalización en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). 

Tras su muerte, varios opositores lo recordaron en redes. La opositora cubana Rosa María Payá lamentó el fallecimiento del activista, “que entregó su juventud a la lucha por la libertad y sufrió la prisión política y represión de esta dictadura brutal que aniquila a los mejores cubanos”.

Por su lado, Ana Belkis Ferrer, hermana del preso político José Daniel Ferrer, reiteró el dolor por la pérdida física de Herrera Bones y ofreció sus condolencias a la familia.

Al respecto, escribió en Facebook: “Si hubiese estado en nuestras manos (Unión Patriótica de Cuba) sacarlo a atender en el exilio, lo habríamos sacado, pero lamentablemente no pudimos lograrlo  con Maikel, ni con Cristian Pérez Carmenate, Pablo Moya Dela, ni aún lo hemos logrado con Raúl González, entre otros.

A todos nuestros compatriotas con situaciones extremas de peligro para sus valiosas vidas queremos ayudarlos a sobrevivir, poder salvarlos  y sacarlos  de las garras de esa brutal y criminal dictadura, la cual es la única culpable y responsable de todas nuestras desgracias”, expresó.

Según relató su primo Yoel Parsons Bones, Maikel falleció en los brazos de su hijo, Dariel Randy Herrera, quien recibió un permiso especial para visitarlo desde la prisión de Kilo 5 y medio, en Pinar del Río.

Herrera Bones, paciente con VIH, fue ingresado en el IPK por haberse contagiado con el virus del Oropouche. Al momento de su ingreso, tenía el número de linfocitos CD4+ en 4, cuando el conteo debería estar por encima de 200, contó Parsons Bones a Martí Noticias.

Su salud se fue deteriorando al punto de no poder articular frases coherentes ni entender a sus interlocutores.

Parsons Bones informó a ADN Cuba que la situación del expreso político empeoró en la institución del régimen, donde no lo diagnosticaron de manera acertada. 

A los meses de estar ingresado se descubrió que había hecho resistencia a las medicinas administradas, dijo el activista.

“No le dieron el diagnóstico efectivo, que era cambiarle el medicamento que toman los pacientes VIH positivo para mantener su inmunidad.  Al subir la balanza de la carga viral de la enfermedad, el cuerpo se expone y tiene la posibilidad de debilitarse letalmente ante cualquier virus oportunista. (...) Llegó al hospital por sus pies y conciencia 100% y nunca tuvo el cambio efectivo de su medicamento”, dijo el activista.

En octubre pasado, la familia de Herrera Bones pidió que le otorgaran una visa humanitaria dada su crítica situación de salud. 

Sobre el proceso del visado, Parsons Bones expuso que fue “decepcionante” por la burocracia y que deberían existir excepciones con los activistas y opositores cubanos que atraviesan situaciones delicadas de salud.

Para conseguir el visado, los familiares debían presentar un documento donde los médicos expusieran que no tenían los recursos para tratar la enfermedad, pero el documento solo sería dado junto al alta del enfermo.

“No logramos que los médicos nos dieran el documento (...). Esa exposición no es conveniente para ellos y tampoco lo van a reconocer (que no tiene medicinas ni tratamiento) cuando se hacen llamar potencia médica. Además, nuestra intención era sacarlo de las manos de las instituciones de salud por desconfianza.  Si la desconfianza era basada en un plan real, ellos no iban a ceder a Maikel Herrera tan fácilmente. (...) la visa humanitaria podría haberlo salvado si la burocracia fuera menos engorrosa”, acotó el primo.

Al momento de su muerte, el activista, quien integrara hasta 2021 las organizaciones Unión Patriótica de Cuba y Cuba Decide, se encontraba en libertad. 

En abril de 2020 fue arrestado y acusado del supuesto delito de atentado luego de protestar por un apagón. Maikel discutió con un policía vestido de civil que intervino, sin identificarse, durante la protesta.

Luego de siete meses detenido en la prisión Cuba-Panamá, en Güines, Mayabeque, sin haber sido sometido a juicio, fue liberado con una infección grave por estafilococo. 

Dentro de la cárcel fue víctima de malos tratos, represión, chantaje y escasez de medicamentos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas cautelares en octubre de 2020.

La salud de Maikel, como la de otros tantos cubanos, empeoró considerablemente dentro del sistema penitenciario cubano.

Aunque el régimen cubano tiene prisiones específicas para personas portadoras de VIH, en estos establecimientos la carestía y las condiciones inhumanas son iguales que en el resto de los penales.

En varias de estas cárceles se han reportado denuncias por abusos contra los internos, quienes sufren no solo la falta de atención médica especializada, sino también por la escasez de alimentos y medicamentos básicos.

Entre 2021 y 2022 fallecieron al menos tres personas con VIH en custodia estatal, según información de la organización Archivo Cuba.
 


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