El mismo día 21 de julio en que el estelar pitcher panameño Mariano Rivera fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, se conoció que el famoso pelotero había participado en el “lobby” para intentar convencer al presidente Donald Trump de que reactivara el acuerdo de la MLB con Cuba.
De acuerdo con el New York Daily News en la gala en homenaje a Rivera y Mike Mussina, el Comisionado de Béisbol Rob Manfred reveló que le había pedido a Rivera que lo acompañara a la Casa Blanca para ayudar a presionar a Trump a cambiar la postura de su gobierno hacia Cuba.
En abril, el presidente Trump anuló un acuerdo hecho por la Administración de Obama, negociado con la Federación Cubana de Béisbol, que habría allanado el camino para que los jugadores cubanos compitieran en los Estados Unidos.
Trump alegó que el acuerdo era una violación de las leyes comerciales ya que la Federación Cubana es parte del gobierno comunista cubano.
“Durante el último año y medio, como saben, hemos estado trabajando en un plan para que los jugadores cubanos puedan jugar béisbol en los EEUU. Y Mariano ha estado muy activo en ese esfuerzo”— dijo Manfred.
“Visitamos al presidente en la Casa Blanca y creo que hicimos algunos progresos, no por lo que dije, sino por lo que dijo Mariano. Estoy muy agradecido por eso”, afirmó el comisionado.
Mientras tanto, sigue existiendo una investigación en curso en el Departamento de Justicia que involucra a muchos funcionarios de clubes de la MLB y el tráfico de jugadores cubanos a los Estados Unidos. Los equipos de las Grandes Ligas no han parado de contratar jugadores cubanos al margen del estatus que tengan al llegar al país.
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Para muchos, es esta la principal razón por la cual las deserciones no se han frenado, aunque las autoridades cubanas han comenzado a reiterar en su discurso que la culpa de las fugas recae en Trump.
Trump dijo estar dispuesto a reconsiderar su postura sobre permitir que los jugadores de béisbol cubanos vengan a los Estados Unidos, pero solo si Major League Baseball lo ayuda con el caso de Venezuela.
“La administración continuará responsabilizando al régimen cubano por su papel directo en el tráfico de sus ciudadanos de la isla”, dijo un funcionario de la Casa Blanca a la prensa— “El gobierno espera encontrar formas productivas de trabajar con MLB para ayudar a la gente de Venezuela, un país que tiene una rica historia con MLB pero que ha sido desestabilizado por la interferencia de Cuba”.
Bajo el presidente Barack Obama, se determinó que la Federación Cubana de Béisbol no era una entidad gubernamental.
El senador Marco Rubio y el congresista Mario Diaz Balart tuvieron un papel muy activo en la cancelación del acuerdo, e insistieron que las negociaciones por la parte cubana eran dirigidas por un hijo de Fidel Castro (Antonio Castro), quien aún en vida de éste cumplía las orientaciones de su padre en el trato con las Grandes Ligas.
Además de Mariano Rivera, también ingresaron al Salón de la Fama, los lanzadores Mike Mussina, Lee Smith y Roy Hallada, y (póstumamente) Harold Baines y Edgar Martínez. Rivera es el segundo panameño que forma parte del grupo de los llamados inmortales de la pelota, luego que lo hiciera Rod Carew en 1991.
Se retiró como líder en juegos salvados con 652, tras 19 temporadas en las Mayores, todas con el uniforme de los Yankees de Nueva York. Ganó cinco anillos de la Serie Mundial y participó en 13 Juegos de las Estrellas.