Pabellón Armando Mestre, un cadáver olvidado en Holguín

Este espacio, hoy olvidado por las autoridades de la provincia, tiene una larga y oscura historia desde el mismo momento en que comenzó a prestar servicio como centro recreativo hasta que fuera abandonado hace ya varios años.
Pabellón Armando Mestre, un cadáver olvidado en Holguín
 

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* Por José Alberto Martínez

Antes de la revolución aquí existían muchos quiosquitos que vendían comida a los acompañantes del hospital que en aquel entonces estaba en el edificio que hoy ocupa el CITMA”, comenta Miguel, un antiguo vecino haciendo referencia al recinto ubicado en la equina de calle Capdevila y Maceo, en la ciudad de Holguín.

Este espacio, hoy olvidado por las autoridades de la provincia, tiene una larga y oscura historia desde el mismo momento en que comenzó a prestar servicio como centro recreativo hasta que fuera abandonado hace ya varios años.

Ese terreno era propiedad del administrador de no sé cuál central y él se lo dejó a mi abuelo para que lo cuidara, ese hombre quería hacer casas aquí para alquilar, pero con el triunfo de la revolución la reforma urbana se lo da a mi abuelo con todo y papeles, más tarde llegan y nos lo quitan para hacer el cabaret Los Constructores. Aquí se formaban tremendas broncas, a veces había hasta tiros, la gente venía y se hartaba de cerveza  y bailaba, pero si alguien topaba a otro ahí mismo se formaba la vaquera”, dijo un vecino del lugar que prefirió no identificarse.

Años después el grupo de recreación de la UJC acondicionó el local como sala de juegos.

Cuando lo tenía la juventud esto estaba muy bueno, los muchachos montaban patineta, carriolas, patines, habían salas de computación, mesas para jugar damas, dominó y hasta una biblioteca, entonces abrían los sábados y los domingos desde por la mañana”.

Al respecto, otra vecina comentó que “uno iba y compraba galleticas, helados, y aunque hubo más de una puñalada, uno la pasaba bien con los muchachos, pero no sé por qué eso se fue a bolina, a lo mejor porque esa era una cosa buena, aquí lo bueno nunca dura mucho

La última institución que ocupó el lugar fue la Asociación Hermanos Saiz (AHS), donde funcionaba la Casa del Joven Creador.

Durante el tiempo que el pabellón Armando Mestre fue usado como Casa del Joven Creador, se realizaron actividades nocturnas de martes a domingo con peñas que acogían a trovadores, raperos, teatristas y poetas.

Además en el local funcionaban las oficinas del departamento de economía, Ediciones La Luz, una dependencia de gastronomía y el local de ensayos del grupo de Black Metal Mephisto.

Su espacio sirvió también como sede para el Teatro Dramático de Holguín y el proyecto teatral D’Arte.

Las quejas de los vecinos casi siempre estuvieron relacionadas con las peñas de Rap y los festivales de rock Metal HG, patrocinados por la AHS

“Aquello era insoportable, bulla todas las noches, broncas, gente de mala calaña tomando ron y haciendo cosas que ni se pueden contar, uno no podía dejar ni una cutara vieja en el patio porque al otro día ya no estaba” dice Cecilia, otra vecina, mientras hace un gesto con la mano, como si quisiera borrar la imagen de su mente.

A mí me gusta darme el traguito y soy noctámbulo, me puedo pasar la noche entera senta’o en la esquina descargando con mis colegas. Imagínate que no me perdía ni una piñacera, una noche hasta un grupo de mujeres, rockeras de esas, se fajaron a cadenazos, un custodio de una empresa cercana llamó a la policía pero nunca llegaron”— recuerda Lázaro, entre bocanadas de humo.

Hoy solo quedan ruinas malolientes.

 Ahí se meten mariguaneros, prostitutas baratas, pajizos, de todo. El otro día yo entraba de guardia, eran como las cinco de la tarde y venía una chiquita del pre que está allá atrás, y un tipo la haló por la reja y la toqueteo toda, a los gritos de la muchacha fimos un grupo de gente a ver qué estaba pasando, y entonces la soltó y salió por un hoyo abierto que hay por la otra cuadra, la pobre muchacha estaba tan asustada que no podía ni moverse”, contó a ADN CUBA el custodio de la empresa cercana.

El lugar en cuestión es un foco de vectores que pasa “desapercibido” ante los miembros de la campaña antivectorial.

“¿Los ‘mosquitos’ entrando al Mestre?, ni muertos miran para allá, pero pa’ venir a las casas a pegar multas si tienen el número uno”— exclamó indignada una vecina que dio la espalda y entró a su casa, sin dar tiempo a indagar más.

Y tiene razones de sobra para su enfado; en este lugar abunda la hierba, los escombros, huecos que se llenan de agua cuando llueve y no faltan los salideros. Ninguno de los organismos encargados hacen algo en función de cambiar esta situación.

Hace unos meces eso estaba peor, la hierba llegaba a la altura de la cintura y la gente había hecho un vertedero, yo fui a Comunales, aquí mismo hay una dependencia del CITMA que visité varias veces, fui a Salud Pública, a la AHS  y cada organismo le tiraba la responsabilidad al otro, me pelotearon como les dio la gana; llamé al Partido, al puesto de mando del Poder Popular, ¿sabe lo que me dijo un ‘compañero’ en el Poder Popular?, que lo que teníamos que hacer era reunir a los vecinos y limpiar nosotros”— comentó un profesor, vecino del centro.

 

Ante la interrogante sobre lo que esperan los vecinos del pabellón Armando Mestre para el futuro en este recinto, Lázaro explica:

Bueno a nosotros nos dijeron, aquí en una reunión de la circunscripción, que eso lo iba a coger Palmares y que iban a hacer una cremería o una heladería, hace unos meses vinieron un grupo y pintaron, no se para que, cerraron las puertas con bloques porque la gente se estaba llevando eso a pedacitos y se fueron, cuando el profe dio su perreta volvieron y chapearon, pero mira ya como está la cosa, y de cremería, heladería o lo que sea, hasta ahora nananina”.

Todos desean que pase algo bueno con este espacio que ocupa un lugar privilegiado en el entorno citadino, pero hasta ahora nada real se ve en el ambiente, más allá de la decadencia, el abandono y la indolencia de las autoridades.

Tengamos fe y esperemos para ver.

 

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