* Por Víctor Cárdenas
En medio de la polémica despertada por la miniserie Chernóbyl, sobre el peor desastre nuclear de la Historia, la televisión rusa anunció que está trabajando en una serie para dar su propia versión de los hechos.
Los realizadores de la producción televisiva cuentan con un presupuesto de 30 millones de rublos, equivalentes a 463 mil USD otorgados por el Ministerio de Cultura ruso. Aseguraron que esta entrega se basará en los hechos históricos y mostrará “cómo la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) estuvo involucrada en el desastre”, indicó la cadena británica BBC.
El director de la serie, Aleksey Muradov, afirmó que mostrará “lo que realmente sucedió en ese entonces” y propondrá una “visión alternativa sobre la tragedia de Prípiat”, la región donde estuvo enclavada la central nuclear.
“Hay una teoría de que los estadounidenses se infiltraron en la central nuclear de Chernóbil”, dijo Muradov al diario Komsomolskaya Pravda, el más leído de Rusia.
“Muchos historiadores no descartan la posibilidad de que el día de la explosión, un agente de los servicios de inteligencia del enemigo estuviera trabajando en la estación”, aseguró.
El Partido Comunistas de Rusia también la emprendió contra la serie y llamó a abrir un caso penal contra sus creadores, además propuso prohibirles la entrada a Rusia por “demonizar” al régimen soviético y a la población.
“Si tenemos sentimiento de dignidad como pueblo y como Estado, Rusia debe responder a los creadores de la semejante serie”, publicó en un comunicado Serguéi Malinkóvich, uno de los líderes de dicho partido.
“Hay que incoar causas penales contra el director, el guionista y el productor ejecutivo de la serie por calumnias públicas”, expresó y dijo que esperaba que algún país como “Cuba y China” los detenga y extradite a Rusia.
La opinión sobre la serie ha dividido a la prensa rusa que ha criticado y alabado por igual esta producción.
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El diario Izvestia la señaló como el retrato más “realista” de la época, y elogió la manera en que transmitió el heroísmo de la gente común.
“Un columnista ruso afirmó que el programa era un complot para socavar la agencia atómica actual de Rusia. Otros lo llamaron 'propaganda' estadounidense encaminada a ensuciar la imagen de la URSS y exagerar la insensibilidad de la respuesta soviética", escribió Sarah Rainsford, corresponsal de la BBC en Moscú.
Varios de los medios independientes rusos han manifestado críticas favorables hacia la producción audiovisual y a su guionista Craig Mazin.
“El respeto y la meticulosidad que los creadores del programa pusieron a su trabajo es impresionante”, indicó el sitio de noticias Meduza.
Por su parte muchos jóvenes rusos han agradecido en sus redes sociales la transmisión por devolverles una parte de la historia que desconocían. Algunas víctimas de la catastre nuclear también han publicado sus experiencias de aquellos momentos y las historias de su recuperación y de las pérdidas familiares que sufrieron por la radioactividad.
El gobierno cubano, que colaboró en la atención sanitaria a los afectados de las víctimas, se sumó a las críticas contra la entrega televisiva al calificarla como un producto destinado a satanizar a la antigua Unión Soviética.
“Sobre este audiovisual basado en el libro Voces de Chernóbyl, escrito por la periodista y escritora bielorrusa Svetlana Alexievich, Premio Nobel de Literatura, conocida por su postura adversa a la Unión Soviética y su lapidario apotegma «el comunismo es el opio de los intelectuales», gravitan dos signos contradictorios: la calidad técnica y narrativa, marca de fábrica del sello estadounidense, y la decisión irrenunciable de introducir una tesis política y contribuir a la satanización de todo cuanto se relacione con el universo socio-político-económico soviético. Por extensión, con Rusia”, dijo Granma, el diario oficial del Partido Comunista en Cuba.
Con una recreación magistral de los sucesos, Chernobyl, dirigida por Johan Renck, narra el desastre suscitado por la explosión de una central nuclear en 1986 en la antigua URSS, los errores humanos que lo provocaron y el ocultamiento y el intento de minimizar os hechos y ocultar la información por parte del gobierno comunista encabezado por Mijaíl Gorbachov.
Analistas consultados por ADN CUBA coinciden en que este suceso fue el principio del fin de la Unión Soviética.
Lo cierto es que la serie ha potenciado una polémica que va cuesta abajo como una bola de nieve.
No son pocos los que coinciden que la indignación mostrada por algunos sectores de Rusia y sus aliados pasa porque HBO se adelantó a los propios rusos al contar este desastre que aún deja secuelas humanas y espirituales en lo que fuera la URSS.