Rusia no tiene la obligación de compartir los datos de las estaciones de medición de radiación emplazadas en su territorio, declaró hoy la Cancillería rusa, ante las denuncias de que varios sensores ubicados cerca del lugar de una explosión en un polígono militar en el norte de Rusia cesaron su labor.
"Hay que tener en cuenta que la transmisión de datos desde las estaciones ubicadas en el segmento nacional del sistema de monitoreo internacional (de radiación) es algo totalmente voluntario para cualquier país", dijo el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov a la agencia rusa Interfax.
El diplomático reaccionó así a las declaraciones de representantes de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas que informaron del cese de la recepción de datos desde varias estaciones de medición de radiación en su territorio.
La explosión ocurrida el pasado 8 de agosto en la inmediaciones de Severodvinsk, norte de Rusia, levantó las alarmas por el aumento de la radiación en la región.
El accidente, en el que murieron cinco ingenieros de la agencia atómica rusa Rosatom, tuvo lugar en un polígono de la Marina rusa ubicado en las afueras del poblado de Niónoksa, a unos 30 kilómetros de Severodvinsk.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó a su vez de la muerte de dos personas durante unas pruebas que se efectuaban en esa instalación, sin dar detalles del accidente, por lo que el número de los fallecimientos no está claro.
Según las autoridades rusas, el repunte de la radiación en la zona que provocó la explosión en el polígono militar fue temporal y no representa riesgo para la población.
"Los órganos competentes ya han dado explicaciones exhaustivas de lo que sucedió y cuáles fueron las consecuencias de este incidente", dijo este martes el viceministro ruso quien insistió en que la explosión cerca de Severodvinsk no representa "ningún riesgo" para la población o el medio ambiente.
Aunque los pormenores del accidente y el tipo del arma ensayado se mantienen en secreto, algunos medios han sugerido que se trata del misil de crucero Burevéstnik (Albatros), dotado de propulsión nuclear.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, presentó el misil, al igual que otras armas del nuevo arsenal estratégico del país, durante su discurso sobre el estado de la nación en marzo de 2018.
Rosatom aseguró la semana pasada que el accidente no afectará sus planes para seguir desarrollando armas nuevas.