La pandemia del nuevo coronavirus ha permitido a varios gobiernos autoritarios de todo el planeta perfeccionar sus métodos de dominación sobre los ciudadanos de sus respectivos países.
Un buen ejemplo de ello ocurre en China, donde, según las declaraciones del propio gobierno y de sus habitantes en redes sociales, se han estado instalando desde febrero cámaras de vigilancia afuera de las habitaciones de los ciudadanos para controlar el respeto a la cuarentena.
Beijing reconoce que ha estado desarrollando lo que llama “la red de cámaras de vigilancia más grande del mundo”, la cual ha crecido desde unos 170 millones de dispositivos, hasta una cifra que podría alcanzar los 626 millones de equipos para finales de 2020.
Con el pretexto de la pandemia del coronavirus, el sistema se ha expandido hasta la puerta de las casas, incluso dentro de los apartamentos, según reportó la cadena CNN.
El proceso fue reportado por las autoridades de varias zonas del país, como en Nanjing, donde una oficina del gobierno dijo que haber implementado esta medida “ayudó a ahorrar gastos de personal y a aumentar la eficiencia del trabajo”, según una publicación en la mayor red social china, Weibo.
Asimismo, el gobierno del condado de Wuchogan en la ciudad de Qianan también aseguró estar utilizando las cámaras para el monitoreo de ciudadanos en cuarentena, mientras que en Changchun las cámaras funcionan con inteligencia artificial para detectar formas humanas, según el sitio web del gobierno.
Algunos de los ciudadanos más molestos con este mecanismo son aquellos que nacieron en otro país y viven en China, como el irlandés Ian Lahiffe, quien aseguró que “es una erosión increíble de la privacidad” y describió la situación como “una captura masiva de datos”.
Otros, como el funcionario público William Zhou, contaron a la CNN que en febrero un trabajador comunitario y un oficial de policía llegaron a su departamento y colocaron una cámara apuntando a la puerta de su habitación, al igual que a otros vecinos.
“Tuvo un gran impacto en mí psicológicamente”, dijo Zhou. “Intenté no hacer llamadas telefónicas, temiendo que la cámara grabara mis conversaciones. No podía dejar de preocuparme incluso cuando me dormía, después de cerrar la puerta del dormitorio”, aseguró.
Por otra parte, también hubo usuarios que aceptaron y respaldaron la medida a través de sus cuentas en la red social china, alegando que comprendían al gobierno, en algunos casos, y que era una medida estándar que debían aceptar, en otros.
En varios casos, como el del funcionario Zhou, parecería que las cámaras eran una medida temporal, pues una vez terminada su cuarentena los dispositivos fueron retirados, algo que tampoco le fue explicado.
Según expertos, el uso masivo de cámaras de seguridad en China se debe a que en aquel país no existe una ley nacional específica para regular el uso de estos dispositivos de vigilancia en espacios públicos.
El pasado 4 de febrero, la Administración del Ciberespacio de China emitió una directiva que solicitaba a las autoridades regionales del organismo utilizar “activamente grandes datos, incluida información personal, para apoyar el trabajo de prevención y control de epidemias”, al tiempo que protegen la información personal de las personas.