Martín Vizcarra llegó a la presidencia de Perú luego de que su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), enfrentara dos pedidos de vacancia (destitución) y renunciara ante la inminencia de que se concretara la segunda.
Ese mismo destino se acaba de consumar para Vizcarra, quien deja el poder luego de no superar un segundo pedido de vacancia en su contra y será reemplazado por el presidente del Congreso, Manuel Merino de Lama, ya que la vicepresidenta Mercedes Aráoz —quien debía sucederle— renunció en mayo pasado.
¿Quién es este político que dirigirá el destino del país en plena crisis económica y sanitaria causada por la pandemia de covid-19?
Nacido en Tumbes, en el norte de Perú, Manuel Merino es un empresario de 59 años que inició estudios de Agronomía y se vinculó al sector agrícola y ganadero de su región, actividad que realiza paralelamente a la política.
Desde 1979 pertenece al centrista partido Acción Popular (AP), uno de los más antiguos del país y que ha ocupado la presidencia de Perú dos veces, de 1963 a 1968 y de 1980 a 1985, con Fernando Belaúnde Terry.
En 2001, Merino fue elegido congresista de AP por primera vez en representación de Tumbes, en un período legislativo que cumplió hasta 2006 en el que se destacó como presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor.
Regresa en 2011 como parlamentario de AP, esta vez como parte de la Alianza Electoral Perú Posible (partido del expresidente Alejandro Toledo) y asume el cargo de vicepresidente del Congreso hasta 2012.
Luego preside la Comisión de Vivienda en 2012 y 2013 y ocupa la vicepresidencia del Parlamento Amazónico entre 2011 y 2013.
Merino vuelve a ser electo cuando se instalaron los nuevos parlamentarios que reemplazaron a aquellos que habían sido disueltos por Vizcarra en septiembre de 2019 y fue nombrado presidente de esta cámara legislativa el 16 de marzo de 2020, el mismo día que se decretó la emergencia nacional por la pandemia de Covid-19.
Merino fue uno de los principales impulsores del primer intento de destituir a Vizcarra. En septiembre, fue cuestionado por contactar a las Fuerzas Armadas del país antes de que el Congreso tramitara la primera moción de vacancia contra el entonces presidente.
La solicitud se presentó a causa del caso "Richard Swing". La historia estalló cuando el Congreso difundió unos audios en los que se oía a Vizcarra y su círculo más cercano presuntamente conspirando para ocultar la supuesta participación del exgobernante en la contratación irregular del cantante Richard Swing en el Ministerio de Cultura.
El portal de periodismo de investigación IDL-Reporteros reveló que antes de presentar la moción de vacancia, un edecán de Merino había llamado al jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., el general César Astudillo, y al comandante general de la Marina, el almirante Fernando Cerdán.
A este último, Merino le informó de la posibilidad de que el Congreso destituyera a Vizcarra y le dijo, según IDL-Reporteros, que esperaba que el proceso pudiera “llevarse a cabo con normalidad”.
Medios peruanos interpretaron la comunicación como un intento de conseguir el respaldo de las FF.AA. a la vacancia del presidente y hablaron de intentos de sedición. IDL-Reporteros lo calificó como una “conjura en camino a la sedición”.
La ministra de Justicia, Ana Neyra, dijo en entrevista con la cadena RPP que "si estos hechos estuvieran verificados, estaríamos ante un delito de sedición".
Vizcarra lo calificó como una “conspiración” en su contra. Merino negó que hubiese sido parte de un complot político y dijo en su defensa que su comunicación con las FF.AA. solo había sido un “llamado a la calma”.
A partir de entonces se mantuvo casi en la sombra hasta este martes que se concreta la destitución de Vizcarra y se prepara para tomar las riendas de Perú.
Estará en el poder ocho meses, hasta el cambio de mando presidencial previsto para julio de 2021. En ese período tendrá que presidir durante las elecciones convocadas para el próximo abril y asegurar una transición democrática precisamente en la fecha en que Perú celebrará 200 años de independencia.
No se prevé que será una tarea fácil, teniendo en cuenta que cientos de peruanos no tomaron con tanta tranquilidad la destitución consumada de Vizcarra y han salido a protestar en Lima en contra de la medida.