De estrella del “bel canto” a la vergüenza de ser señalado como acosador sexual, la vida de Plácido Domingo ha dado un giro inesperado para él, y de posible justicia para sus víctimas. Tres mujeres han puesto el rostro a las acusaciones contra el famoso tenor cuya carrera parece estar al borde del abismo.
En febrero, el cantante madrileño cedió ante la evidencia y aceptó “todas las responsabilidades” por su comportamiento, que la agencia AP resumió en la persecución sexual a 27 mujeres cuando era director de la Ópera Nacional de Washington y la de Los Ángeles, ambas en Estados Unidos.
El asedio del influyente artista sucedía dentro y fuera de los escenarios e incluía desde “el flirteo hasta proposiciones sexuales” directas, según concluyó un informe independiente encargado por el sindicato de músicos de ópera de Estados Unidos (AGMA).
“Quiero que sepan que siento verdaderamente el daño que les he causado”, dijo finalmente Plácido Domingo en un comunicado el 25 de febrero. Antes de ese momento de confesión y sinceridad, mantuvo durante meses que las acusaciones eran “inexactas”, y que se referían a interacciones “consensuadas”, además de denostar las investigaciones periodísticas.
¿A quién le hablaba el hombre que en el teatro y la televisión ha interpretado a Otello, Parsifal, el Rodolfo de "La Boheme" y otros grandes personajes? Por lo menos tres de esa treintena de mujeres han decidido salir del anonimato y denunciarlo públicamente.
No es cosa fácil, pues el español tiene un poder muy grande en el mundo del espectáculo y lo evidencia que el mismo sindicato AGMA se ha mantenido silencioso y escéptico la mayor parte del proceso y que en un primer momento pidió medio millón de dólares a Plácido Domingo a cambio de minimizar las conclusiones del informe mediante un acuerdo extrajudicial.
La mezzosoprano norteamericana Patricia Wulf fue la primera en dar la cara y reclamó a la entidad que hiciera público el informe.
“La AGMA tiene que proteger a la gente de esta clase de depredador”, afirmó la artista, hoy retirada de la escena.
Su valentía fue secundada por la soprano Angela Turner Wilson, quien denunció que durante la temporada 1999-2000 “me manoseó con fuerza”.
La soprano uruguaya Luz del Alba Rubio fue la última, hasta ahora, en denunciar el machismo de tenor, y ha tenido palabras escépticas sobre su confesión. "Antes lo negaba, luego era una víctima, ahora busca la redención", le dijo a AP.
“Siento que hemos conquistado a Goliat. No tenemos que tener miedo a hablar abiertamente”, ha asegurado la artista que sufrió el acoso a sus 29 años y ha definido el trato de Plácido Domingo como “enfermizo”.
Rubio rompió su mutismo cuando el AGMA confirmó que podrían ser ciertas las acusaciones que han asolado a Domingo desde agosto del 2019, aunque no hizo pública su investigación. Sin embargo, AP confirmó luego que para el informe fueron entrevistadas 55 personas y 27 afirmaron haber sido acosadas o presenciar tales comportamientos durante veinte años.