José Mujica, expresidente de Uruguay, se refirió a la intervención del presidente Luis Lacalle Pou durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada en México el pasado fin de semana.
Al político de izquierda y expresidente uruguayo no le cayeron bien las palabras de Lacalle. “El tema fundamental parece que eran las consideraciones de la pandemia, pero lo que ha llegado a nuestras tiendas son algunas discusiones sobre la democracia, parciales. Muy poco sobre el asunto central, la pandemia”, sostuvo Mujica.
Adicionalmente, el expresidente cuestionó las palabras del presidente Lacalle cuando Uruguay está intentando alcanzar un acuerdo comercial con China. Mujica dijo: “Si nos ponemos con un centímetro a medir las democracias, pobres de nosotros. Es prudente tener ideas, puntos de vista, pero es prudente pensar”, concluyó.
Las críticas del expresidente Mujica hacia Lacalle tienen lugar cuando muchos han felicitado al mandatario uruguayo por hacer brillar a su país en un escenario que se vio ensombrecido por el anfitrión y el déficit de cultura democrática que se impuso en este evento.
AMLO, el presidente de México, brindó atenciones a la dictadura de La Habana. ¿Era ese el camino a emular? “¿Qué otra cosa se podía esperar de AMLO?”, ironizó Gabriel Salvia, director ejecutivo de CADAL (Derechos Humanos y Solidaridad Democrática Internacional), quien recuerda que, de todas formas, “la CELAC existe gracias a una concesión del ex presidente mexicano Felipe Calderón con las dictaduras de Cuba y Venezuela, en tiempos de Raúl Castro y Hugo Chávez. Gracias a Calderón se creó este engendro regional para avalar el autoritarismo”.
Salvia explica que bajo la idea de “unidad en la diversidad”, la CELAC constituye un organismo que “fue creado para avalar el autoritarismo en la región”. El director de CADAL añadió que “representa una contradicción para varios países el formar parte de un organismo desde donde de manera recurrente se crítica a otro que también integran, la OEA, prevaleciendo así el liderazgo de las dictaduras de Cuba y Venezuela. Basta leer los 44 puntos de la declaración de México para ver las contradicciones de este organismo, incluyendo referencias a los derechos humanos, la democracia y las elecciones libres, inexistentes en Cuba, Venezuela y Nicaragua”.
Más allá de las críticas de Mujica, lo cierto es que, en su mensaje, el presidente Luis Lacalle Pou honró la tradición y la calidad democrática del Uruguay al defender la democracia y la libertad y al tomar partido por quienes sufren la opresión y la represión de las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense.
Por lo mismo, Gabriel Salvia difiere de Mujica y estima que, sin duda, el gran protagonista de la cumbre fue el presidente uruguayo, “con una intervención histórica realizando señalamientos en los países gobernados por dictaduras y brindando así un mensaje de solidaridad democrática regional a los activistas, presos y perseguidos políticos, especialmente en Cuba. Pero hay que aclarar que fue la excepción y no la regla. Lasso, de Ecuador, fue más diplomático, pero estuvo claro en lo político”, comenta el activista desde Buenos Aires.